Los helados son un buen alimento: “Son productos ricos en lácteos que aportan especialmente hidratos de carbono (azúcares) y proteínas, aunque también grasas y, por supuesto, calorías, salvo cuando son desnatados. Además, pueden suministrar minerales, como el calcio, magnesio y fósforo e, incluso, complejos vitamínicos. También, debido a sus características, aportan líquido, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

Su constitución puede variar dividiéndose, fundamentalmente, entre los que se producen a partir de la leche o derivados y los que provienen del agua. También dependen sus propiedades de los aditivos: dulces, frutos secos o frutas.

En época estival, aunque también son cada vez más consumidos en invierno, se convierten en una “forma refrescante de consumir algunos alimentos, además de un complemento adecuado a una dieta de verano”.

Recomendaciones

Desde Clínica Universidad de Navarra ofrecen algunos consejos para consumir este producto sin preocupaciones:

  • Los helados pueden tomarse a cualquier hora, aunque solemos consumirlos como postre o como medio para aliviar el calor. “Como postre no tienen por qué competir con la fruta, otro alimento indispensable en el verano, y pueden resultar un recurso muy útil a la hora de la merienda o a media mañana”. No tienen por qué quitar el apetito antes de las comidas, es más, pueden transformarse en alimentos más ligeros, como los sorbetes.
  • Un rico alimento para niños y mayores. “Para los niños es una forma de consumir líquido o lácteos, pero también en personas mayores o con problemas de deglución son un complemento adecuado, especialmente si en su composición, además de los lácteos, incluyen proteínas derivadas del huevo”.
  • Pacientes oncológicos. En palabras de los especialistas de Clínica Universidad de Navarra: “Es un alimento que se suele recomendar en pacientes oncológicos con problemas de apetito. Sin embargo, se debe tener en cuenta alguna precaución a la hora de consumirlos, sobre todo si están muy fríos o se toman de forma compulsiva, pues en esos casos pueden provocar síntomas compatibles con un corte de digestión por el efecto de la temperatura sobre la circulación intestinal”.
  • Cuidado con la temperatura. Debido a la temperatura en la que se mantienen, en ocasiones pueden generar irritación de la garganta (el frío excesivo “quema” e irrita las mucosas), sobre todo si se consumen rápidamente o se mezclan con bebidas frías.

Como conclusión, desde el centro recuerdan que “los helados pueden ser una forma sana de completar la dieta en verano, en vez de recurrir a otro tipo de productos menos naturales. En este sentido, debe primar la calidad con el fin de ofrecer las máximas garantías en cuanto a la higiene y composición nutricional”.