El estrés es uno de los factores de riesgo de la epidemia de obesidad actual. Así lo confirman los especialistas del Departamento de Endocrinología y Nutrición de Clínica Universidad de Navarra.

Se sufre de estrés cuando se expone al organismo a un sobreesfuerzo que sobrepasa su nivel de resistencia. El estrés crónico, frecuente en la sociedad actual, constituye uno de los factores implicados en las causas de obesidad en la vida moderna”, explican desde el centro.

¿Por qué ocurre? “Este efecto se produce a través de la alteración de mecanismos hormonales, de conducta y cognitivos; siendo una de sus repercusiones el aumento de grasa corporal y de peso”, apuntan desde el Departamento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud”. La obesidad está considerada como la pandemia del S.XXI y la propia OMS la ha reconocido como enfermedad crónica.

Para prevenirla, los expertos recomiendan asumir un plan saludable de alimentación y ejercicio físico.

Hábitos de vida saludables

El estudio ENRICA, investigación de referencia sobre nutrición y riesgo cardiovascular en España, señala que más de un 62% de españoles adultos sufre obesidad (22,9%) y sobrepeso (39,4%).

Una alimentación saludable, el diagnóstico y tratamiento de la obesidad, su prevención… Son factores imprescindibles para abordar esta patología.

“Una preocupación frecuente es la recuperación de peso tras haber seguido una dieta. Este problema, llamado recuperación ponderal, sucede cuando el cambio de tipo de alimentación no es asimilado como forma de vida habitual, por lo que la dieta, además, debe ir acompañada de una modificación en los hábitos de vida, señalan los expertos.

Además del aspecto físico y psicológico, la obesidad es también factor de riesgo de otras enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, y ciertos tipos de cáncer, como por ejemplo el cáncer de colon.

Diagnóstico y tratamiento de la obesidad

Además del estrés, “la obesidad también puede estar relacionada con otros factores como la predisposición genética (con una posible influencia del 30%), el sueño, alteraciones hormonales, algunas medicaciones, la microbiota intestinal, dejar de fumar, el entorno socioeconómico, la menopausia y posibles alteraciones prenatales. Para su diagnóstico, es preciso conocer el índice de masa corporal y la composición corporal”.

Una vez obtenido el diagnóstico, si un cambio de la dieta y el ejercicio físico no son efectivos, existen otros tratamientos para combatir la obesidad.

Entre las opciones farmacológicas, hay tres medicamentos que “ayudan a que la ecuación de balance energético sea favorable a la pérdida de peso: uno bloquea la absorción de grasas por el intestino, otro influye en los neurotransmisores para reducir el apetito y, el último, es una hormona intestinal modificada que potencia el proceso saciante”. 

Según el caso concreto, y cuando los especialistas lo consideren necesario, es posible recurrir a otros tipos de tratamiento, como la intervención quirúrgica: cirugía bariátrica laparoscópica, y técnicas endoscópicas. ACUNSA las garantiza como abordaje de la obesidad con cirugía en casos de obesidad mórbida.

La Clínica está acreditada como Centro de Excelencia por la Federación Internacional para la Cirugía Bariátrica, institución de mayor prestigio mundial en esta área.