Cada vez son más los hogares con mascotas, siendo los perros y los gatos los animales principales.

Según datos de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (Reiac), 13 millones de mascotas estaban registradas en España a finales de 2018 (93% perros, 6% gatos, y el resto principalmente conejos).

Numerosas personas padecen alergia al epitelio animal y sufren síntomas como ojos rojos, llorosos, con picor, conjuntivitis, rinitis, congestión nasal, picor de garganta, asma, urticaria por el contacto…

“El perro y el gato son dos alérgenos muy similares a los ácaros que se encuentran dentro de la casa e impregnan todo el domicilio”, indican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra. Por ejemplo, el alérgeno del gato puede permanecer en el hogar de 6 meses a un año de media.

En el caso de los animales, el alérgeno se encuentra en una parte distinta dependiendo del animal del que se trate. “En el perro y en el caballo está en la caspa; en el gato, en la saliva y las glándulas salivares; en el hámster en el epitelio y en los ratones de laboratorio, en la orina”, explican.

En general, se es alérgico a una especie y, por tanto, a todas las razas de dicha especie. Además, puede desarrollarse una alergia a un animal habiéndolo tolerado previamente.

Medidas preventivas

Para las personas alérgicas, desde Clínica Universidad de Navarra ofrecen los siguientes consejos de precaución:

  • No mantener contacto directo ni indirecto con el animal (domicilio de parientes, amigos, etc.).
  • En todos los casos, la principal medida de prevención es retirar al animal de la casa.
  • Si es un niño quien tiene la alergia, advertir del problema en el colegio.
  • Como medida de prevención, los niños atópicos no deben tener animales en casa por el mayor riesgo de sensibilización y además, los animales favorecen la proliferación de ácaros del polvo.

También enumeran las siguientes recomendaciones si no es posible la retirada del animal:

  • Suprimir moquetas y alfombras, que son grandes almacenes de alérgenos.
  • Utilizar aspiradores con filtro HEPA, a ser posible, para la limpieza doméstica.
  • Lavar semanalmente al animal. “Además, en el mercado existen productos que se pueden aplicar después del baño para evitar en la medida de lo posible la descamación del epitelio”, explican.
  • Evitar la entrada del animal en la habitación del paciente alérgico.

Diagnóstico molecular de la alergia

Clínica Universidad de Navarra utiliza el diagnóstico molecular de la alergia con microarrays.

Fue el primer centro de España en incorporar esta técnica que complementa las pruebas cutáneas y otras técnicas de diagnóstico in vitro. Es capaz de realizar un despistaje alergológico ante una gran cantidad de agentes en muy poco tiempo.

“Solo dos gotas de sangre son suficientes para que un equipo de microarrays pueda detectar la reactividad alérgica de un paciente ante más de 85 componentes moleculares presentes en alimentos y numerosos pólenes, fundamentalmente”, exponen.