El bebé lactante necesita el aporte adecuado de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, minerales, vitaminas y agua para cubrir el mantenimiento de las funciones basales, el gasto energético y la demanda propia de la formación de nuevos tejidos.

Las recomendaciones dietéticas deben tener en cuenta las necesidades específicas de cada lactante, que están en función de diversos factores, como la edad, la velocidad de crecimiento, el metabolismo basal, el clima, las reservas previas…

La composición de la leche materna difiere, en cuanto a calidad y a cantidad, de la leche de vaca. El contenido en proteínas y sales es más elevado en la leche de vaca. El contenido en lípidos es parecido y la concentración en hidratos de carbono es superior en la leche humana. La disponibilidad de algunos minerales como el calcio, hierro, zinc o de algunas vitaminas como la vitamina A, E, C y niacina, también se encuentra en cantidades más elevadas.

Lactancia materna

La lactancia materna, además de suponer un adecuado aporte de nutrientes para cubrir las necesidades durante los primeros 3-12 meses de vida, presenta otra serie de ventajas: reducir el riesgo de sensibilización alergénica, brindar protección inmunológica y antibacteriana, mejorar la relación entre madre e hijo, reducir la mortalidad y morbilidad neonatal, evitar las contaminaciones externas y resultar un medio más económico.

La lactancia materna debe realizarse en posición cómoda, es necesario un ambiente relajado y agradable, seguir un horario determinado por las demandadas del recién nacido y puede alargarse hasta que el lactante cumpla los 9 meses”, explican los expertos de Clínica Universidad de Navarra.

Lactancia artificial

La fórmula infantil es un alimento para lactantes adecuado para sustituir total o parcialmente a la leche humana, satisfaciendo las necesidades nutritivas del lactante.

Actualmente, todas las leches artificiales distribuidas en el mercado (farmacias o grandes extensiones) cumplen los requisitos exigidos para la alimentación del lactante. No obstante, existen diferencias cualitativas con mejoras en su composición (nucleótidos, ácidos grasos ŵ3-ŵ6, vitaminas, etc.) que determinan diferentes precios en cada una de las diferentes marcas de leches.

Existen dos tipos de fórmulas de infantiles:

  • Fórmulas de inicio: recomendadas hasta los 3-4 meses. “Están adaptadas a partir de leche vacuna, se preparan de manera que se asemejen lo más posible a la leche materna. No deben incluir ni almidones, ni acidificantes, ni miel, ni factores de crecimiento, aunque estén presentes pequeñas cantidades de oligosacáridos”.
  • Fórmulas de continuación: a partir del 4º mes.

Alimentación complementaria

Todo alimento ingerido por el lactante distinto a la leche o a las fórmulas adaptadas, incluye cereales, frutas, verduras, carne, pescado y huevos.

“El momento de introducción de este tipo de alimentos depende de factores culturales, psicosociales…, aunque se admite como adecuado alrededor de 4º-5º mes”, indican los expertos.

“Los motivos para comenzar la alimentación complementaria son nutritivas, ya que la leche no es suficiente para cubrir las necesidades del lactante y también razones educativas y para el desarrollo del lactante, coordinación de reflejos de deglución y nutrición, desarrollo del sentido del gusto y el olfato, etc.”, añaden.

¿Cuándo introducir los alimentos complementarios?

No es conveniente iniciarla antes del tercer mes ni después del sexto, y no más del 50 % de energía de la dieta debe obtenerse a partir de alimentos diferentes de la leche.

La leche o fórmula debe seguir suministrándose en cantidades no inferiores a medio litro diario para asegurar una ingesta adecuada de calcio (500 mg. por día) que permita la correcta mineralización del esqueleto.

“El tipo de orden en la introducción de los alimentos complementarios, es variable y será su pediatra el que mejor le aconseje. No se debe introducir ningún alimento nuevo sin la supervisión de este especialista, explican desde Clínica Universidad de Navarra.

  • Los cereales se comenzarán a introducir a partir del cuarto mes, es el primer alimento que se introduce. Contienen hidratos de carbono, proteínas, minerales como hierro, calcio y magnesio, vitaminas (complejo B) y fibra. Aporta, por tanto, elementos energéticos y reguladores. Suelen darse en forma de papillas elaboradas a partir de cereales sin gluten (maíz y arroz), y su preparación se realiza con agua o leche.
  • Las frutas y verduras se comienzan a dar a partir de los 6-8 meses, contienen azúcares, fibra, minerales y vitaminas. Se pueden dar en papillas y purés de confección casera o comercializados.
  • Las carnes, pescados y huevos son fuentes de proteínas de alta calidad, contienen lípidos, minerales y vitaminas, hidrosolubles y liposolubles.
  • La clara del huevo y las vísceras son alimentos de introducción más tardía, por su alto potencial alergénico y su contenido en purinas.
  • Los tarritos preparados industriales contienen frutas, verduras, cereales, pescados, carnes, etc. que se deben elaborar siguiendo unas normas de control de calidad y con un adecuado valor nutritivo.