En España, 1 de cada 100 personas son celíacas. Las personas que sufren esta enfermedad no toleran el gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. La celiaquía es una enfermedad silenciosa que no tiene cura y puede comenzar a cualquier edad.

Características de la celiaquía

  • Produce la inflamación del intestino delgado.
  • Destruye las vellosidades.
  • Altera la absorción de los alimentos, lo que puede provocar desnutrición.

Complicaciones a largo plazo

Entre otras, puede generar estas complicaciones que están relacionadas con los déficits nutricionales por la alteración de la absorción de los alimentos. Precisamente, esas complicaciones producto de una mala nutrición son las consecuencias más graves de la celiaquía.

  • Anemia.
  • Osteoporosis.
  • Retraso del crecimiento.
  • Malformaciones congénitas en hijos de madres no tratadas durante el embarazo.
  • Mareos.
  • Convulsiones.
  • Cáncer del intestino delgado, que es la enfermedad más grave que puede acarrear.

Causas y síntomas de la enfermedad

Actualmente se desconoce la causa de la celiaquía, pero a nivel médico se sospecha que podría ser por algunas de estas razones:

  • Factores ambientales, como infecciones virales o infecciones de otra naturaleza.
  • Relación con otras enfermedades autoinmunes.
  • Susceptibilidad genética a la intolerancia.

Las personas con síndrome de Down, los diabéticos y quienes padecen dermatitis herpetiforme son los que más riesgos tienen de sufrirla.

Los síntomas de la celiaquía son muy variados: diarrea, pérdida de peso, anemia, dolor abdominal y óseo, cansancio, etc.

Sin embargo, a otros pacientes solo se les hincha un poco la tripa porque ciertos alimentos no les sientan bien. Los síntomas son muy diferentes en cada enfermo. Algunas personas, incluso, no presentan ninguno, pero la celiaquía puede afectar de igual modo a su salud a largo plazo”, aseguran especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

Tratamiento

Hasta el momento, el único tratamiento eficaz es llevar una dieta libre de gluten que permita la regeneración de las vellosidades intestinales. La alimentación no puede curar la enfermedad, pero sí controlarla.

Por eso, una vez que se haya diagnosticado la celiaquía el paciente debe eliminar el gluten de su dieta para siempre. Un celíaco podrá comer verduras, frutas, carnes, pescados o huevos principalmente.

Desde Clínica Universidad de Navarra también advierten de la importancia de evitar la contaminación cruzada, es decir, hay que procurar que los alimentos sin gluten se preparen separados de los que sí lo tienen.

Por ejemplo, no habría que utilizar la misma tostadora, ni el mismo aceite de freír, ni los mismos utensilios de cocina.

De esta manera, evitaríamos que la comida sin gluten se contamine por la utilización de utensilios que sí han estado en contacto con el gluten.

“Es muy importante no hacer un autodiagnóstico. Si una persona cree que puede padecer celiaquía, es necesario que se haga las pruebas médicas pertinentes para evitar complicaciones, confusiones y enfermedades a largo plazo”, aconsejan desde Clínica y afirman además que “no se puede comenzar este tipo de dieta libre de gluten sin antes realizar estos exámenes para evitar que cueste más obtener resultados fiables”.

Ante la sospecha de estar sufriendo la celiaquía, la mejor opción es acudir a un médico especialista, que pueda realizar las pruebas oportunas y el diagnóstico experto.

El autodiagnóstico o la implementación de una dieta de forma autónoma sin consulta médica podría agravar los síntomas o generar otros signos y/o enfermedades.