Un estilo de vida saludable es un concepto bastante amplio que nos beneficiará en muchos aspectos, no solo para mantener un buen estado de salud sino también para prevenir la aparición, complicaciones o consecuencias de enfermedades.

Desde Clínica Universidad de Navarra, nos dan unos sencillos consejos de salud para incorporar en nuestra rutina diaria. Aunque se trata de consejos generales, es importante aplicarlos de forma personalizada, teniendo en cuenta nuestras circunstancias específicas e individuales (personales, familiares y sociales).

Desde la alimentación balanceada hasta la actividad física regular, estos hábitos favorecen una vida plena y saludable.

Consejos básicos

  1. Cuidado nutricional. La dieta desempeña un papel crucial en nuestra salud. Es fundamental mantener horarios regulares, dedicando al menos media hora a una correcta masticación y deglución de los alimentos. La dieta debe adaptarse al modelo mediterráneo, evitando nutrientes perjudiciales (como azúcares de liberación rápida o grasas saturadas) y priorizando alimentos frescos como frutas, vegetales y pescado.
  1. Actividad física regular. Es imprescindible evitar el sedentarismo y, al mismo tiempo, el ajetreo no sustituye a la actividad física. Es conveniente destinar al menos media hora a ejercicios aeróbicos, como paseos o gimnasia de mantenimiento, al menos tres veces por semana, para mantener un cuerpo activo y saludable.
  1. Descanso físico y psíquico. Hay que dedicarle el tiempo adecuado.Dormir las horas necesarias, alrededor de siete a ocho, aunque esto es variable y varía en función de la capacidad individual para obtener un descanso de calidad (un sueño profundo y reparador). Junto al descanso físico, el descanso psíquico es clave para aliviar el estado de tensión acumulado durante el día o la semana. La actividad física o lúdica puede ayudar a conseguir un descanso reparador.
  1. Evitar sustancias tóxicas. El tabaco es perjudicial, pero también lo son el alcohol en exceso y, por supuesto, las drogas. La dependencia psíquica y física generada por estas sustancias suele tener efectos destructivos en la salud.
  1. Conducción y actividades lúdicas responsables. La precaución en la conducción es fundamental para evitar accidentes de tráfico, cuyas lesiones pueden ser importantes. En desplazamientos largos, se debe elegir el momento adecuado y mantener condiciones físicas y psíquicas óptimas. La responsabilidad también se aplica a desplazamientos cortos y diarios, hay que prestar atención a la ‘rutina’ y a ‘bajar la guardia’ en estos casos. También son numerosos los accidentes en actividades lúdicas: no se pueden asumir riesgos que superen la capacidad física o el grado de preparación, por desconocimiento o estado físico.
  1. Estabilidad personal. La estabilidad emocional es fundamental. Cuidar las relaciones personales, ya sea en el ámbito familiar, laboral o social, evitará tensiones innecesarias que puedan afectar a la salud. Mantén una actitud positiva y busca conseguir la mejora personal. Plantearnos objetivos reales y fáciles de conseguir a corto plazo, actuará positivamente sobre nuestro estado físico y psíquico.
  1. Cultura de la salud preventiva. Controla constantes vitales, vigila la tensión arterial, frecuencia cardíaca y tu peso. Prevé problemas relacionados con la hipertensión arterial y la obesidad. También, toma precauciones frente a la exposición solar y las inclemencias del tiempo. Evita tratamientos o remedios “milagro” y la automedicación.