El mareo por movimiento o cinetosis es un problema habitual que aparece en los viajes.

Se manifiesta por “la aparición de náuseas, vómitos y síntomas producidos por la aceleración y desaceleración lineal y angular de una manera repetida. Puede aparecer en viajes por mar, aire, coche, tren y en atracciones, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

¿Por qué algunas personas cuando viajan se marean?

La estimulación excesiva del aparato vestibular por el movimiento es la causa principal. Se debe a que “el cerebro siente el movimiento a través de las señales provenientes del oído interno, los ojos, los músculos y las articulaciones. Cuando recibe señales que no coinciden, puede surgir el mareo por movimiento”. Por ejemplo, dentro de un barco, el oído interno percibe el movimiento, pero los ojos no pueden indicar que se está moviendo.

La sensación individual es muy variable y personal: “Los estímulos visuales (por ejemplo, un horizonte en movimiento), la mala ventilación (humos, monóxido de carbono, vapor) y los factores emocionales (por ejemplo, miedo, ansiedad) actúan junto con el movimiento para precipitar un ataque”, añaden.

¿Quién puede padecerlo?

El mareo cinético raramente afecta a los bebés, pero a partir de los dos años la sensibilidad al mareo aumenta sustancialmente.

A partir de los 12 años, la sensibilidad vuelve a disminuir, aunque algunos adultos siguen sufriendo este problema a lo largo de toda su vida. Los ancianos también pueden experimentar más sensibilidad y padecer mareo al viajar.

Cinetosis y síntomas

Existen dos signos muy característicos de la cinetosis: náuseas y vómitos.

“Pueden estar precedidos de bostezos, hiperventilación, salivación, palidez, sudación fría abundante y somnolencia. También puede presentarse aerofagia, vértigo, cefalea, malestar general y fatiga”, detallan los especialistas.

Cuando aparecen las náuseas y vómitos, el paciente se encuentra débil y es incapaz de concentrarse. Con la exposición prolongada al movimiento, el paciente se puede adaptar y recuperar el bienestar. No obstante, los síntomas pueden volver a aparecer si aumenta el movimiento o se reanuda tras una parada breve.

“La cinetosis prolongada con vómitos puede provocar hipotensión arterial, deshidratación, inanición y depresión. La cinetosis puede ser una complicación grave en pacientes con otras enfermedades”, matizan desde el centro.

¿Qué tomar o hacer para evitar los mareos en los viajes?

Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra señalan que “pueden disminuirse los síntomas tomando preventivamente un fármaco que deprima la reactividad del laberinto: para un adulto, 2 horas antes del viaje 30 mg de cinarizina (10 gotas de Stugeron®), que pueden repetirse cada 8 horas, o 50-100 mg de dimenhidrinato (1 ó 2 comprimidos de Biodramina®), que pueden repetirse cada 6 u 8 horas, o 6,5 mg de tietilperazina (1 comprimido de Torecan®), repetibles a las 12 horas si persisten los síntomas”.

En niños debe reducirse proporcionalmente la dosis (consultar prospecto) y no se aconseja el uso de tietilperazina.

Si las náuseas son muy molestas puede añadirse a la prevención o al tratamiento 1 mg de cleboprida (10 cc. de Cleboril®) o 10-20 mg de metoclopramida (1 ó 2 comprimidos o 10-20 cc de Primperan®), con reducción proporcional en niños.

Todos ellos pueden adquirirse en farmacia directamente, aunque es más adecuado que sean recetados por un médico.

Precauciones con el tratamiento

Los medicamentos utilizados habitualmente en la cinetosis suelen producir somnolencia, por lo que los conductores deben evitar su uso y no debe consumirse alcohol.

En algunos pacientes este efecto puede resultar beneficioso, ya que el sueño puede hacer menos desagradable el viaje. “Sin embargo, en las personas en las que esta somnolencia resulte molesta, puede emplearse el antiemético en combinación con cafeína”.

Debe tenerse en cuenta que el uso de este tipo de medicamentos tiene que evitarse si se padece adenoma de próstata, glaucoma en ángulo cerrado, enfermedades obstructivas intestinales o urinarias, o trastornos del ritmo cardíaco. La actividad anticolinérgica puede agravar o complicar tales procesos.

Otros consejos para evitar el mareo

Además de lo anterior, los expertos de Clínica Universidad de Navarra añaden otras recomendaciones para quienes sufren mareos al viajar: 

  • Pequeñas comidas. Antes del viaje, si necesita comer algo, debe ser alimentos ligeros, evitando grasa y fritos. “Es mejor comer varias veces durante el viaje y en pequeñas cantidades. Siempre con el vehículo parado. Esto, además, ayuda a prevenir distracciones o el cansancio del viaje”.
  • Ubicación. En los viajes en los que es posible (barco, avión) sitúese en la zona de menos movimiento. “En el avión, el pasillo a la altura de las alas y en el barco en el medio más que a popa o proa. En el coche esto no es fácil por lo que es recomendable ir en el asiento de adelante”.
  • A favor de la marcha. Durante el viaje, se ha de mantener la mirada en el sentido del desplazamiento. “En autobuses o trenes, evitar los asientos que van mirando en la dirección contraria. Durante el desplazamiento en coche o en barco ayudará mirar a lo lejos, al horizonte y, en un avión por la ventanilla”.
  • No leer. Evitar leer en cualquier soporte (papel, digital) o consultar mapas.
  • Aire. “Respirar aire fresco dejando circular el aire por las ventanas del coche o abrir el aire acondicionado en el autobús o avión”.
  • Medicación. “Tanto el dimenhidrato como la escopolamina son de gran ayuda. Hay que tener en cuenta que no se deben tomar sin la prescripción y consejo del médico, pues tienen ciertos efectos secundarios o pueden producir reacciones adversas muy serias en su salud. Siempre producen somnolencia y esto puede ser un problema durante el viaje o al finalizarlo. El efecto más intenso ocurre unas horas después de su ingesta motivo por lo que es preciso tomarlo con antelación suficiente”, concluyen los expertos.