Sospechar que se es alérgico a un medicamento en concreto, o a varios medicamentos, es una de las consultas más frecuentes a los alergólogos.

Una reacción alérgica a medicamentos es impredecible y puede tener distinta gravedad, llegando a ser incluso de riesgo vital en algunos casos. Además, no existe un único fármaco el que produce esta respuesta: cualquier medicamento puede ocasionar una reacción alérgica.

Los antibióticos, la aspirina y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los contrastes yodados para radiología, los anticonvulsivantes, ciertos antihipertensivos, colirios y hormonas, e incluso, de forma excepcional, los corticoides son algunos de los medicamentos que, más frecuentemente, causan reacciones de este tipo.

¿Cómo se manifiesta una alergia a un medicamento?

Tal y como indican los especialistas de Alergología de Clínica Universidad de Navarra, los síntomas más habituales de una alergia a un fármaco son:

  • Urticaria.
  • Hinchazón de partes blandas (lengua, labios, párpados…).
  • Sarpullido.
  • Picor en la piel o en los ojos.

Aunque también puede presentar otros signos, los más frecuentes son los anteriormente descritos y, especialmente, las erupciones en la piel es otro de los síntomas más característicos: la urticaria (habones o ronchas) y el angioedema (hinchazón de partes blandas) en reacciones inmediatas, o el exantema (sarpullido) en reacciones retardadas. Puede tratarse de reacciones con compromiso de la vida (anafilaxia) o reacciones cutáneas graves (síndromes de escaldadura y otros).

“Lo normal es que los síntomas o las lesiones en la piel desaparecen pocas horas después de la retirada del medicamento, aunque, dependiendo del tipo de reacción, también puede darse el caso de que persistan días o semanas”, explican desde el centro.

¿Cómo se realiza el diagnóstico de alergia a los medicamentos?

“El principal problema del estudio de la alergia a un medicamento estriba en la falta de técnicas diagnósticas fiables. La única prueba definitiva para descartar alergia al fármaco es la prueba de provocación o tolerancia, que consiste en administrar el fármaco a la dosis habitual y comprobar la buena tolerancia por parte del paciente”, indican los expertos.

Por otro lado, la técnica del test de activación de basófilos permite investigar en el laboratorio la alergia a una gran cantidad de medicamentos, “al menos todos aquellos que están disponibles en un vial para su administración parenteral”.

«Clínica ha desarrollado la técnica del test de activación de basófilos para analizar en laboratorio posibles alergias a fármacos y así valorar correctamente la conveniencia de realizar pruebas de tolerancia», añade el Dr. Gabriel Gastaminza, director del Departamento de Alergología e Inmunología Clínica de Clínica Universidad de Navarra, centro perteneciente a la Global Allergy and Asthma European Network, compuesta por los 25 mejores departamentos de Alergología de Europa, elegidos por su excelencia científica, su trabajo multidisciplinar, su docencia y sus actividades internacionales.

Su gran ventaja que es la posibilidad de detectar alergias in vitro prácticamente a cualquier medicamento, lo que lo convierte en un buen complemento a las pruebas cutáneas. Además, constituye una herramienta muy útil a la hora de decidir cuándo realizar un test de tolerancia a un fármaco.

Tratamiento de la alergia a los fármacos

El tratamiento farmacológico puede abarcar varios fármacos: antihistamínicos, broncodilatadores y corticosteroides, aplicados en la piel o administrados por vía oral o intravenosa.

Otra opción es la desensibilización o inducción de tolerancia, que se realiza cuando no existe una alternativa adecuada al tratamiento farmacológico.