Las comidas y cenas familiares son un clásico en Navidad. Es el momento de reunirnos con familiares y amigos y celebrar esta festividad.
A la hora de planificar el menú navideño, y de preparar las diversas comidas, hemos de tener en cuenta la presencia de alérgenos en los platos: hay personas que padecen alergias alimentarias y es importante tener en cuenta esta circunstancia para evitar contratiempos. Además, no hay que olvidar que en esta fechas comemos alimentos a los que no estamos habituados y que pueden ser origen de una reacción alérgica.
“Este último aspecto es importante, al menos, desde el punto de vista alérgico, ya que pueden darse muchas reacciones inesperadas. Por eso, es conveniente estar al tanto de síntomas como el picor en la boca o la hinchazón de labios que, aunque sutiles, pueden indicar una reacción alérgica”, indica la Dra. María José Goikoetxea, especialista en Alergología e Inmunología de Clínica Universidad de Navarra.
El marisco y los frutos secos son dos tipos de alimentos tan habituales en Navidad como propensos a generar reacciones alérgicas. Más en concreto, el marisco es un alérgeno muy volátil, lo que significa que puede provocar reacciones como el picor en los ojos sin necesidad de comerlo, ya solo, por ejemplo, entrar o estar cerca de un ambiente donde se esté cocinando.
“No se trata de evitar alimentos nuevos o privarse de otros a los que uno está desacostumbrado, pero si se ha padecido alguna reacción con un alimento a lo largo del año -por sutil que sea- no es recomendable aprovechar la Navidad para comprobar si uno puede tolerarlo. La mejor prevención consiste en realizar las revisiones oportunas antes de estas fiestas para asegurar si se puede ingerir de forma segura”, explica la Dra. Goikoetxea.
Por otro lado, “los niños requieren mayor atención, ya que son propensos a los descuidos y con la rutina descontrolada se pueden despistar con los alimentos y sus alergias”, añaden desde el centro. La leche, el huevo o el pescado son algunas de las causas más frecuentes de alergia, especialmente en los niños menores de 5 años.
Las personas con alguna alergia alimentaria, en caso de tener un asma mal controlada, pueden sufrir una reacción grave. Por eso, es preciso recordar la importancia de revisar el control del asma siempre y, más aún, en caso de tener posibilidad de sufrir una reacción alérgica para evitar que la respiración empeore.
“Los pacientes que tengan prescrita la adrenalina auto inyectable deben acordarse de llevarla consigo siempre que coman fuera de casa, una situación muy habitual en Navidad”, recomiendan desde el centro sus especialistas.
Frutos secos y alergia alimentaria
Los frutos secos son el segundo alimento más común en estas fiestas. Crudos, de aperitivo, incorporados a una ensalada, troceados en postres, componiendo una salsa… Las variantes para su consumo son innumerables y se sitúan en la cuarta posición en las alergias alimentarias.
“Según el estudio epidemiológico nacional Alergológica 2015, los alimentos que más frecuentemente provocan alergia en los niños son la leche seguido de las frutas, el huevo y en cuarto lugar los frutos secos”, reconoce la especialista de Clínica Universidad de Navarra. De ellos, la nuez es el fruto seco que más alergias provoca en España, respecto a otros países donde despunta el cacahuete o la avellana.
Su mayor consumo, el momento de su incorporación a la dieta o sus propiedades particulares son algunas de las razones por las que muchas personas experimentan reacciones alérgicas, especialmente en el caso de los más pequeños.
“Hay alergias alimentarias en la edad pediátrica que se superan habitualmente con el crecimiento como la alergia a huevo y leche. Sin embargo, la alergia a frutos secos no se suele superar con la edad”, explica la especialista que añade que “hoy por hoy el tratamiento habitual ante las alergias alimentarias es la evitación del mismo, aunque se están desarrollando vacunas muy prometedoras, especialmente en el caso del cacahuete”.
Al igual que el resto de alergias alimentarias, la reacción a los frutos secos aparece cuando se tiene un contacto directo y comienza a incorporarse en la dieta. “Puede manifestarse únicamente como picor de boca o de forma más evidente con la aparición de ronchas o vómitos de forma inmediata a su consumo”.
“Ante la ingesta accidental el procedimiento puede variar desde un antihistamínico, en caso de reacciones leves, hasta la adrenalina, si son más graves”, indica. De nuevo, los especialistas de Clínica insisten en recomendar que los pacientes alérgicos lleven consigo un autoinyector de adrenalina y conocer sus métodos de uso para poder reaccionar rápido y de forma adecuada.
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