Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra han diseñado un método para hacer testeos masivos, sin depender de test comerciales, para la extracción de genomas virales y con ello diagnosticar la COVID-19.

Esta prueba es la más demandada actualmente y, por ello, la más difícil de adquirir en el mercado.

“Se trata de un método de extracción de ácido ribonucleico (ARN) que permite procesar grandes cantidades de muestras en paralelo, con independencia de kits de extracción comerciales”, señalan desde el centro.

Este novedoso sistema, acoplado a una reacción de RT-PCR cuantitativa, es capaz de detectar casos asintomáticos con más de un 95% de sensibilidad.

Así lo constataron en un estudio piloto en la residencia Francisco Joaquín Iriarte de Elizondo (Navarra) donde detectaron 76 infectados de entre los 148 residentes, 44 de ellos asintomáticos.

Desde ACUNSA, nos hacemos eco de esta noticia a través de la publicación de El Confidencial “Científicos españoles desarrollan un test masivo sin utilizar test comerciales” (20 de abril de 2020).

Un test más eficiente y a gran escala

Para acelerar el diagnóstico del COVID y optimizar el proceso de testeo masivo, la Unidad de Genómica del CIMA se puso a trabajar para “buscar una alternativa más eficiente, a más gran escala, y que no dependiera de ningún kit comercial al uso para la extracción de genomas virales” .

Una vez obtenidos los permisos, las muestras del virus y la información del diagnóstico clínico, proporcionada por Clínica Universidad de Navarra, el equipo del CIMA desarrolló un protocolo de purificación del material genético viral (ARN).

¿Cómo es el proceso?

“La principal diferencia reside en que el protocolo se basa en usar microbolas magnéticas para capturar el material genético del virus (ARN viral), que está presente en una muestra de un individuo infectado con Covid-19. Esto sirve para purificar el ARN. Es un paso fundamental en el proceso de detección del Covid. Se han intentado análisis directos de la muestra sin fraccionar, pero estas técnicas ofrecen mucha menor sensibilidad (menor porcentaje de acierto) que cuando se parte de ARN viral puro”.

Una vez obtenida la muestra del paciente, se introducen las bolas magnéticas y el material genético viral (ARN) se adhiere a ellas.

Después, se utiliza un imán que atrae las esferas magnéticas arrastrando todo el material genético viral y elimina otros componentes.

Por último, se añade una solución con distintas propiedades que diluye el ARN viral y provoca que las bolas ‘suelten’ el material genético.

En palabras de los científicos: “Es un proceso muy rápido y sencillo. Esta medida se podría implementar sin generar grandes costes. De hecho, vamos a subir a un repositorio web este protocolo para que lo puedan usar otros investigadores de España y otros sitios».

Un diseño propio para diagnosticar la COVID-19 

Tras purificar el ARN, utilizan la técnica RT-qPCR (“Polymerase Chain Reaction” en inglés, “Reacción en cadena de la Polimerasa Cuantitativa”) para determinar la presencia de COVID-19 en la muestra. Ésta se está utilizando en los laboratorios especializados para detectar la enfermedad.

Este proceso tiene dos fases. En primer término, se transforma el ARN viral en ADN (Transcripción Reversa) y después se lleva a cabo una reacción que duplica repetidamente las secuencias de ADN viral (un proceso de amplificación exponencial).

Esto último genera fluorescencia, lo que permite la detección de la enfermedad mediante unos sensores: “Cuando la señal de fluorescente rebasa un umbral, se considera que el paciente está infectado”.

De esta forma, el proceso propio diseñado por el CIMA es escalable, más económico, al no depender de los kits comerciales, y más rápido y específico.

«Es el método más sensible para detectar el virus y en nuestro caso lo hemos automatizado en una plataforma robótica, que nos permite analizar 384 muestras en una hora«, señalan.

Además, han incorporado el uso de robots multicanal con lo que acortan los tiempos y reduce la posibilidad de errores o contaminaciones de una muestra a otra.

«Todo esto puede escalarse en función de las máquinas de PCR disponibles, de modo que ahora estamos preparados para asumir 2.000 test de PCR diarios, pero podríamos llegar a muchos más», añaden.

El CIMA es uno de los centros receptores de muestras para la realización de test por PCR avalados por el Instituto de Salud Carlos III.

«Nuestra ilusión es ponernos al servicio para testar aquellas poblaciones y comunidades que se determine, y de ese modo cooperar en un desescalado del confinamiento más preciso, rápido y seguro«, explican desde el centro investigador.

Por otro lado, CIMA ha hecho público el protocolo para el libre acceso y aplicación de la comunidad científica mundial.