La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de azúcar son elevados. Se presenta en el organismo cuando éste no produce insulina (diabetes mellitus tipo 1) o lo hace en poca cantidad (diabetes mellitus tipo 2).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de la Diabetes revelan que, en la última década, se ha incrementado notablemente el número de personas que padecen diabetes en todo el mundo.
Esta patología afecta en España a casi 6 millones de personas, dando lugar a una prevalencia del 14,8 %, según datos de la Federación Española de Diabetes (FEDE), y convirtiéndose en el segundo país de Europa con mayor número de pacientes con esta patología, solo por detrás de Alemania.
Desde 2019, los diagnósticos se han incrementado en un 42 % y se calcula que cerca de dos millones de personas están sin diagnosticar (FEDE).
Un reciente estudio publicado en The British Medical Journal, que analiza la evolución de los últimos 30 años (1990-2019), muestra que la incidencia de diabetes en 204 países del mundo se ha incrementado, especialmente los casos de diabetes tipo 2 entre la población joven (15-39 años) que han aumentado en un 56,4 %, pasando de una incidencia de 117 casos por cada 100.000 habitantes en 1990, a 183 casos por cada 100.000 habitantes en 2019.
Se prevé que la diabetes se convierta en el año 2030 en la séptima causa mundial de muerte y los expertos la consideran como la «epidemia del Siglo XXI», y creen que la incidencia podría alcanzar el 51 % en 2045.
Diabetes: causas y factores de riesgo
El sobrepeso y la obesidad, la inactividad física, los hábitos de vida sedentarios y la mala alimentación son algunas de las principales causas de la diabetes.
“El aumento de casos va de la mano del incremento de la obesidad. La diabetes no deja de ser una enfermedad muy compleja cuyo tratamiento no se reduce únicamente a la toma de pastillas o la inyección de insulina, sino que puede afectar a todo el organismo y, por tanto, su mejor abordaje es un buen estilo de vida”, explica el Dr. Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de Clínica Universidad de Navarra.
La diabetes se produce cuando el páncreas deja de producir suficiente insulina, una hormona necesaria para regular el nivel de azúcar en sangre, o cuando el organismo no consigue utilizar la insulina que produce.
La insulina es fundamental en el organismo porque ayuda a que los azúcares de los alimentos que comemos lleguen a las células del cuerpo, donde se transforman en energía.
Cuando este fenómeno no se produce, la persona padece diabetes. La enfermedad afecta a la función de todos los órganos y sistemas del cuerpo.
El exceso de glucosa es perjudicial para el organismo y puede ocasionar complicaciones como ceguera, problemas cardiovasculares, debilitamiento muscular y cansancio, fallo renal o el pie diabético (pérdida de sensibilidad en los pies, por lo que el paciente no nota pequeñas lesiones que pueden acabar en infecciones y, en último, término gangrena, que puede conducir a la amputación).
Tres tipos de diabetes
Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra señalan que existen tres tipos de diabetes:
Diabetes tipo 1
Cuanto el organismo no produce suficiente insulina. Es más frecuente en menores de 30 años. Sus principales síntomas son: cansancio, pérdida de peso, sed intensa y continua producción de orina.
Diabetes tipo 2
El cuerpo no utiliza eficientemente la insulina y está muy relacionada con la obesidad. Entre el 80-90% de los casos de diabetes son de este tipo.
Diabetes gestacional
Suele presentarse en una etapa avanzada del embarazo, por los cambios hormonales que dificultan la correcta acción de la insulina. Llega a afectar alrededor del 4% de las mujeres embarazadas.
Consejos ante la diabetes
La diabetes tipo 1 no puede prevenirse, pero sí la diabetes tipo 2. Por eso, en la diabetes tipo 2, que supone un 90 % de los casos en España, es fundamental la correcta educación diabetológica y reducir los factores de un ambiente obesogénico (aquellos elementos externos que nos rodean y que pueden contribuir al sobrepeso o la obesidad).
“El paciente debe tomar conciencia de cómo cuidar su cuerpo y cómo realizar el seguimiento de la enfermedad. Es por ello que la educación diabetológica impartida por profesionales expertos es un requisito cada vez más imperioso para frenar el avance de casos”, señala el Dr. Escalada.
De esta forma, las personas que tienen riesgo de padecerla pueden disminuir dicha posibilidad con una correcta alimentación y ejercicio físico. De forma breve, los especialistas de Clínica enumeran los siguientes consejos:
- Dieta equilibrada. La dieta equilibrada es fundamental en el control y prevención de esta enfermedad. Por ejemplo, el consumo de hidratos de carbono ha de ser menor al 50% de los alimentos que se ingieran.
- Limitar los azúcares de absorción rápida.
- Poner en práctica dietas hipocalóricas cuando existe sobrepeso.
- Ejercicio físico: ayuda a perder peso, reduce los niveles de glucosa al incrementar la eficacia de la insulina, y es una buena prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular.
En palabras del especialista de Clínica: “La diabetes no es un sprint, es una maratón”. Por eso, es fundamental educar en los buenos hábitos y contar en el tratamiento con otros profesionales médicos como psicólogos.
Esto es necesario a nivel médico, ya que se trata de una enfermedad que afecta al día a día del paciente. También se requiere del apoyo de nutricionistas, expertos en actividad física (para acertar en la prescripción del ejercicio más adecuado para cada paciente), e incluso podólogos, en relación al “pie diabético”, una de las patologías más invalidantes que puede producir la diabetes.
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