La glándula tiroides es una glándula que se encuentra en la parte frontal del cuello, con forma de mariposa, forma parte del sistema endocrino y su función principal es producir y secretar hormonas tiroideas como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), fundamentales para el crecimiento, desarrollo y metabolismo del cuerpo

Diversas afecciones pueden afectar a su funcionamiento normal, dando lugar a patologías como el hipertiroidismo (cuando la glándula produce demasiada hormona) o el hipotiroidismo (cuando produce poca). También, puede verse afectada por el crecimiento anormal de nódulos benignos o malignos (nódulos tiroideos).

«Un nódulo tiroideo es un crecimiento en la glándula tiroides, que se encuentra en la parte frontal del cuello. En la gran mayoría de casos, los nódulos tiroideos no producen síntoma alguno, salvo la posible evidencia de un abultamiento«, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

La mayoría de los nódulos tiroideos mantienen un comportamiento estable, pero es necesario realizar revisiones médicas periódicas que permitan detectar precozmente alteraciones en el tamaño, cambio de sus características morfológicas o variaciones en la función.

Cuando su crecimiento es importante, pueden producir efectos en la tráquea o esófago, dificultando la respiración, la ingesta de la comida o producir incluso afonía. Y pueden dar lugar a hipertiroidismo, cuando la tiroides produce más hormonas tiroideas que las que el cuerpo necesita.

Señales de un problema de tiroides

Cada patología presenta distintos síntomas: 

  • Hipertiroidismo: los síntomas se vinculan a la aceleración de las funciones del organismo como nerviosismo excesivo, insomnio sudoración fácil, pérdida de peso…
  • Hipotiroidismo: los signos se relacionan con la disminución de la actividad funcional de todos los sistemas del organismo como intolerancia al frío, apatía, disminución de memoria, aumento de peso… 
  • Los nódulos tiroideos presentan un abultamiento en la región anterior del cuello. Cuando el crecimiento es importante, puede provocar dificultad respiratoria, dando lugar a afonía o dificultado para tragar. Un crecimiento rápido, consistencia dura y la aparición de ganglios son signos de sospecha de malignidad. Edad elevada, en torno a los 60 y 70 años, también es importante en este último caso.

Pese a estos síntomas, el porcentaje de nódulos tiroideos malignos es bajo, alrededor del 5%. “El problema surge cuando la aparición de un nódulo en la glándula tiroides lo traducimos enseguida en nuestra mente por cáncer. Y raramente se trata de un tumor maligno, aunque el paciente no lo sabrá con certeza hasta que no se le haga el estudio adecuado”.

Si en los estudios se identifica el nódulo como benigno y menor de 4 cm., el paciente puede regresar a casa y se le orienta sobre su posterior seguimiento. Si el nódulo es mayor de 4 cm., las opciones se concretan en tratamiento quirúrgico y, si además cumple las condiciones especiales de que se trate de un nódulo sólido, sin quistes ni líquido, “entonces se puede plantear la ablación por radiofrecuencia, con lo que no se necesitaría cirugía”, describen desde Clínica.

«Dado que la presencia de un nódulo tiroideo no significa necesariamente que la persona afectada tenga un cáncer tiroideo, lo más importante para confirmarlo es que el paciente sea examinado por un equipo interdisciplinar», explica el Dr. Juan Carlos Galofré, especialistas del Área de Patología Tiroidea de Clínica Universidad de Navarra.

Cuando los nódulos son malignos, se recomienda al paciente realizar cirugía. El cáncer de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente, aunque la mayoría de tumores son curables mediante tratamiento quirúrgico.

Clínica Universidad de Navarra es pionera en España. Fue el primer centro en utilizar la cirugía robótica y endoscópica en intervenciones de tiroides desde la axila, o cirugía tiroidea transaxilar, sin dejar cicatriz en el cuello del paciente.

Esta técnica quirúrgica, para la cirugía de tiroides con el abordaje transaxilar (a través de la axila), se realiza mediante procedimiento endoscópico o robótico, este último con Cirugía Robótica con el sistema Da Vinci, y la principal ventaja de esta técnica, como se indica con anterioridad, es evitar la cicatriz y las molestias en el cuello. Al evitar el abordaje directo en la zona del cuello, disminuyen las molestias al tragar, así como la sensación de presión o de tensión postoperatorias que refieren los pacientes.

Un tipo de abordaje quirúrgico con el sistema Da Vinci sólo garantizado por ACUNSA, en el mercado asegurador.