La obesidad infantil está considerada como una de las epidemias del Siglo XXI. El crecimiento es lento, pero progresivo.
Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de octubre de 2018, Estados Unidos es el país con mayor porcentaje de obesos entre su población adulta (38,2%). Le sigue México (32,4%) y Nueva Zelanda (30,7%). Hungría es el cuarto país con mayor porcentaje de obesidad (30%) y el primero europeo. España es el duodécimo (16,7%).
Obesidad infantil en España
Asturias, Galicia y Andalucía son las Comunidades Autónomas con mayor índice de sobrepeso y obesidad, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
El último estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que alrededor del 40% de los niños españoles tiene sobrepeso u obesidad, casi 2 de cada 5. De estos, entre un 18 y 21% son niños, y entre un 9 y 19% son niñas.
De no frenarse la tendencia al alza, se espera que en el año 2030, un total de 27 millones de adultos españoles -80% de los hombres y el 55% de las mujeres- padezcan obesidad o sobrepeso.
10 pautas para frenar la obesidad infantil
La obesidad y el sobrepeso también multiplican las posibilidades de sufrir obesidad en la edad adulta, diabetes, enfermedades cardiovasculares y de las articulaciones, y cáncer, entre otras patologías.
Expertos del Centro de Investigación en Nutrición (CIN) de la Universidad de Navarra y el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) alertan sobre el consumo de azúcares añadidos o productos ultraprocesados, y ofrece diez pautas imprescindibles para frenar la obesidad infantil:
- Practicar diariamente al menos 30 minutos de ejercicio.
- Limitar el consumo de snacks, gominolas, etc.
- Reducir el consumo de productos ultraprocesados, como embutidos.
- No sobrepasar los 25 gramos diarios de azúcar añadido (unas 100 kilocalorías). Los expertos recomiendan leer el etiquetado de productos como galletas, bebidas azucaradas, bollos, que suelen sobrepasar esta ingesta diaria ‘saludable’.
- Limitar el consumo de harinas refinadas en forma de pan blanco, pasta, etc.
- Consumir verdura y fruta a diario; enteras, sin pelar, y no en zumo.
- Consumir de 3 a 5 raciones de pescado semanales, dos de ellas de pescado azul.
- Tomar leche o yogures naturales sin edulcorar, todos los días.
- Siempre desayunar. “De hecho, existe una relación de mayores índices de obesidad en menores que no desayunan y estos, además, suelen obtener un menor rendimiento escolar”, señalan.
- Potenciar la educación nutricional en todos los ámbitos.
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