“Las patologías cardíacas son la principal causa de mortalidad, por delante del cáncer y de los accidentes de tráfico”, así lo indica el presidente de la Federación Española de Cardiología (FEC), Carlos Macaya.

Cada año en España, se producen 120.000 muertes por enfermedades cardiacas y a nivel mundial, 17,5 millones de personas han perdido la vida por este tipo de patologías.

Un estilo de vida más saludable, los nuevos fármacos y la tecnología médica consiguen reducir el número de fallecimientos, pero las enfermedades cardíacas siguen siendo la principal causa de mortalidad y también tiene una alta incidencia de discapacidad.

Entre las enfermedades cardiovasculares, el infarto agudo de miocardio produce el 14 % de los fallecimientos.

Síntomas del infarto de miocardio

El infarto agudo de miocardio es una patología englobada en el grupo de síndromes coronarios agudos.

Esta patología aparece especialmente en personas con factores de riesgo: predisposición familiar, edad, tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes y colesterol (alteraciones de las grasas en sangre).

Esta patología se reconoce por la aparición brusca de síntomas característicos: dolor intenso en el pecho, en la zona precordial (donde la corbata), sensación de malestar general, mareo, náuseas y sudoración. El dolor puede extenderse al brazo izquierdo, a la mandíbula, al hombro, a la espalda o al cuello.

Ello es causado por un cuadro de sufrimiento isquémico, o falta de riego, a una parte del músculo del corazón, producido por la obstrucción aguda y total de una de las arterias coronarias que lo alimentan.

«Aproximadamente la mitad de los infartos aparecen sin síntomas previos, es decir, que el infarto es la primera manifestación de la cardiopatía isquémica», destacan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

En otras ocasiones, unos meses antes de tener el infarto el paciente presenta molestias precordiales, sensación de malestar, cansancio, mayor irritabilidad… O incluso molestias de estómago, que hacen confundir los síntomas de infarto con los procedentes de otros órganos.

¿Qué pruebas médicas son necesarias ante un infarto de miocardio?

Ante un dolor extraño en el pecho ha de acudirse inmediatamente al médico.

Además, los especialistas de Clínica Universidad de Navarra realizan:

  • Un electrocardiograma muestra las alteraciones evolutivas típicas.
  • Una analítica valora la elevación de los niveles en sangre de las enzimas cardíacas.
  • Una radiografía de tórax completa el examen médico para ver si el corazón esta agrandado o si hay líquido en los pulmones.

¿Cuál es el tratamiento del infarto agudo de miocardio?

El tiempo es oro ante el infarto. La mayoría de los pacientes se recuperan con rapidez y lo suficiente para desarrollar una vida prácticamente normal.

Generalmente tras un infarto, los pacientes han de tomar medicación de por vida.

Quienes no lo consiguen, pueden ser sometidos a procedimientos de revascularización percutánea o ser intervenidos.

Para ello, adquiere especial relevancia tecnología médica como el Sistema Da Vinci, que permite realizar cirugías cardiotorácicas con la máxima precisión y mínima agresión.

ACUNSA es la única compañía de seguros de salud que garantiza este innovador equipo, en todas sus modalidades de póliza, garantizando entre otras las intervenciones cardiacas.

Otros tratamientos son la angioplastia o la trombolisis, que permiten una recuperación satisfactoria del infarto.

Recomendaciones para recuperarse de un infarto de miocardio

Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra realizan las siguientes recomendaciones:

  • Abandono del tabaco.
  • Práctica de ejercicio físico regular.
  • Alimentación adecuada, incluyendo restricción de grasas de origen animal y mantenimiento del peso correcto.
  • Control de la tensión, colesterol y azúcar en sangre.

Estas recomendaciones se aplican a todos los pacientes que hayan sufrido un infarto, independientemente de si han tenido más o menos complicaciones. El fin es evitar la aparición de otras complicaciones cardiovasculares (infarto, accidente cerebral, aneurismas…) ya que son más propensos por su factores de riesgo particulares.