La hernia de hiato es una patología muy frecuente. Se estima que entre el 20 y el 30 % de la población española la padece, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), y suele afectar especialmente a partir de los 50 años.
«La hernia de hiato se produce cuando la porción superior del estómago asciende hacia el tórax a través de una pequeña abertura que existe en el diafragma (hiato diafragmático)», explica el Dr. Ramón Angós, especialista del Departamento de Digestivo de Clínica Universidad de Navarra.
El abdomen y el tórax están separados por el diafragma. Una parte de este músculo es el hiato diafragmático que separa el esófago del estómago. Si el estómago se desplaza hasta el tórax, esta barrera no es efectiva y el contenido gástrico puede pasar al esófago, facilitando el reflujo gastroesofágico.
¿Qué síntomas tiene la hernia de hiato?
Los síntomas más habituales de la hernia de hiato son:
- Ardor o quemazón (pirosis), que asciende desde el estómago hacia la garganta. Es el síntoma principal.
- Afonía o carraspera, por la irritación de la laringe por el ácido refluido.
- Asma bronquial o dificultad respiratoria (por aspiración del ácido a la vía respiratoria).
Generalmente, esta dolencia empeora tras las comidas. En muchos casos, también empeora durante el descanso nocturno o cuando se flexiona el tronco.
¿Cómo se diagnostica la hernia de hiato?
El diagnóstico inicial se basa en los síntomas. Según estos, pero especialmente la temporalidad de los mismos, se completa el estudio con otras pruebas:
- Radiografías: se administra un líquido oralmente, que es opaco y se puede ver por rayos X, y se estudia el paso de esófago a estómago y la existencia o no de reflujo hacia el esófago.
- Gastroscopia: permite ver las paredes del esófago y del estómago, y saber si se ha producido inflamación esofágica (esofagitis) y su severidad. También permite tomar muestras para biopsiar en el caso de encontrar lesiones y descartar otras enfermedades.
- Manometría esofágica: se estudia cómo se mueve el esófago cuando el paciente traga líquidos.
- pH metría de 24 horas: con una sonda, se detecta el pH que existe en el esófago y/o en el estómago. Permite saber cuándo se producen los episodios de reflujo, cuánto tiempo duran, si se relacionan o no con los síntomas, etc.
Tratamiento
Existen factores dietéticos o formas de vida que pueden contribuir al reflujo gastroesofágico.
El tratamiento de la hernia de hiato depende de su severidad. En los casos leves, se busca controlar los síntomas, mientras que en los casos graves o complicados, no solo se busca el alivio clínico sino también busca evitar o tratar las complicaciones derivadas del reflujo.
Las medidas dietéticas y posturales son el primer paso para mejorar la patología:
- Evitar las comidas y las bebidas que favorecen la relajación del esfínter esofágico inferior y, por lo tanto, el reflujo: grasas (especialmente fritos), pimienta y especias, chocolate, alcohol, café, frutos cítricos y tomate.
- Perder peso, en caso de obesidad.
- Dejar de fumar.
- Elevar la cabecera de la cama unos 10 cm: “Es importante no colocar almohadas, que solo consiguen flexionar el cuello. Se trata de conseguir una inclinación de todo el tronco, por eso se aconsejan camas articuladas o colocar tacos de madera en las patas delanteras de la cama”, explican desde Clínica Universidad de Navarra.
- Evitar acostarse hasta haber pasado 2 o 3 horas de la ingesta.
- Las medidas dietéticas y posturales deben mantenerse a pesar de seguir un tratamiento farmacológico. Está demostrado que ayudan sensiblemente al buen control clínico de la enfermedad.
El tratamiento farmacológico se indica cuando las medidas anteriores no son suficientes.
Existen dos tipos de fármacos adecuados:
- Fármacos que disminuyen las secreciones ácidas del estómago. Se puede recurrir a antiácidos que neutralicen los ácidos del estómago, suponiendo un alivio rápido, aunque temporal de los síntomas. Por otro lado, los antisecretores que, aunque tardan más tiempo en hacer efecto, inhiben la secreción ácida del estómago, logran un alivio de los síntomas más duradero.
- Fármacos que aumentan el tono muscular del esfínter y favorecen el vaciamiento del estómago. Los fármacos que aumentan el tono muscular del esfínter y favorecen el vaciamiento del estómago se conocen en general como procinéticos. Suelen utilizarse asociados a los anteriores para conseguir una mayor efectividad. En ocasiones puede ser el único tratamiento de mantenimiento necesario.
“La hernia de hiato es una enfermedad crónica y, como tal, requiere un tratamiento de mantenimiento, aunque este depende de la gravedad del reflujo y de la existencia de complicaciones. En los casos graves o complicados, requieren tratamiento de mantenimiento, aunque no existan síntomas. Cuando es necesario un tratamiento farmacológico a largo plazo, o en el caso de que sean necesarias dosis muy altas de fármacos anti-secretores, se puede optar por un tratamiento quirúrgico”, concluyen desde Clínica Universidad de Navarra.
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