Los divertículos intestinales son pequeñas bolsas abultadas que protruyen desde la luz del intestino hacia el exterior. Aparecen con mayor frecuencia en una zona del colon izquierdo llamada sigma.

Si existen pequeños sáculos en el colon hablamos de divertículos, pero cuando una o más de estas bolsas se inflama o se infecta, recibe el nombre de diverticulitis.

“La mayor parte de los divertículos se producen por un aumento en la presión interna del colon. Esto provoca, con el paso de los años, que sus capas internas (mucosa y submucosa) se hernien o prolapsen a través de los puntos de la pared más débiles y con menor resistencia, dando lugar a la aparición de los divertículos”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra, que añaden que cuanto menor es la cantidad de fibra que tomamos con la dieta, mayor es la presión en el interior del colon y más frecuente así la aparición de los divertículos”.

Además de una dieta pobre en fibra y alta en grasa animal, existen otros factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, el envejecimiento… entre otros. «Entre el 5-10% de la población general tiene divertículos de colon, siendo mucho más frecuentes en las personas mayores de 50 años, aumentando su número con la edad», detalla el Dr. Ramón Angós Musgo, especialista del Departamento Digestivo de Clínica Universidad de Navarra.

Síntomas de la enfermedad diverticular

Más del 80% de las personas con diverticulosis se encuentran asintomáticos.

Quienes padecen síntomas presentan alteraciones motoras propias del colon (hipertonía), con dolor abdominal continuo o intermitente, “normalmente localizado en la parte inferior izquierda del abdomen (fosa ilíaca), donde se sitúa el sigma. Suele aliviarse con la evacuación y/o la expulsión de gases”.

También, los pacientes con diverticulitis suelen tener un dolor agudo y constante localizado en la fosa iliaca izquierda y que se conoce como «la apendicitis del lado izquierdo«. Esta molestia puede irradiar hacia la espalda.

Otros síntomas habituales son:

  • Fiebre.
  • Cambio de ritmo intestinal, desde diarrea hasta estreñimiento.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Cansancio.
  • Distensión abdominal o hinchazón.

¿Cómo se detectan la diverticulosis y la diverticulitis?

Para confirmar el diagnóstico, y para descartar otras enfermedades más graves con síntomas similares como el cáncer de colon, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, los especialistas han de realizar exámenes radiológicos y/o endoscópicos, como el enema opaco o la colonoscopia.

Ante la sospecha clínica de diverticulitis, los métodos diagnósticos más fiables y seguros son la tomografía axial computerizada (TAC) y la ecografía. Una vez superada la fase aguda de la inflamación, es conveniente realizar una colonoscopia para confirmar el juicio y descartar otros procesos.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la diverticulosis?

El tratamiento de la diverticulosis debe ir dirigido a paliar los síntomas y prevenir la aparición de complicaciones.

“Por lo general, una dieta rica en fibra vegetal, con suplementos de salvado y otros laxantes que aporten fibra, alivia el dolor abdominal, controla el ritmo defecatorio, evitando la alternancia de éste, y reduce la distensión abdominal”, indican desde Clínica.

Los fármacos antiespasmódicos, que actúan de forma selectiva sobre la musculatura del colon, mejoran los dolores al inhibir las contracciones del sigma. Si estos fármacos no son suficientes, se pueden utilizar analgésicos (tipo pentazocina) que, además de calmar el dolor, reducen la presión dentro del colon.

Se recurrirá a la cirugía, aunque no de forma urgente, cuando los episodios de diverticulosis se repitan con frecuencia, aparezcan fístulas y/o suboclusiones intestinales”,concluyen los expertos.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la diverticulitis?

En primer término, la diverticulitis debe tratarse con reposo en cama, dieta absoluta, hidratación intravenosa, analgésicos y antibióticos intravenosos.

Si hay signos de obstrucción intestinal, con náuseas, vómitos y un abdomen muy hinchado, ha de colocarse una sonda nasogástrica para descomprimir el intestino.

Cuando se produce una perforación del divertículo con peritonitis, se forma un absceso o se produce una fístula hacia un órgano vecino, en este caso “el tratamiento será la cirugía, resecando el segmento de colon afectado con drenaje del absceso y bolsa de colostomía provisional que en unos meses se cerrará”.