La cefalea, o dolores de cabeza, es uno de los trastornos neurológicos más comunes e incapacitantes.
«La cefalea tensional se caracteriza por crisis que duran desde unos pocos minutos hasta varios días consecutivos, con dolor localizado en toda la cabeza», explican los especialistas del Departamento de Neurología de Clínica Universidad de Navarra.
Existen más de 300 tipos de dolor de cabeza o cefalea que pueden dividirse en dos grandes grupos:
- Cefaleas primarias, las más comunes y entre las que se encuentran la migraña, la cefalea tensional, la cefalea en acúmulos, cefalea crónica diaria y la neuralgia trigeminal.
- Cefaleas secundarias, que pueden identificarse tras un análisis médico y que generalmente vienen producidas por algún trastorno craneal o cerebral (hemorragias, infartos, tumores…), aunque también pueden estar causadas por infecciones o incluso por un uso excesivo de medicación analgésica.
El diagnóstico exacto del tipo de dolor y el tratamiento farmacológico más adecuado es clave para solucionar las cefaleas.
Cefalea tensional
La cefalea tensional se manifiesta con un dolor de intensidad leve o moderada, que aparece de forma episódica y que puede durar varios días.
“Duele toda la cabeza. No se suele asociar con otros síntomas como náuseas o vómitos, que son más propios de la migraña”, indican.
Suele afectar más a mujeres y comienza a cualquier edad, y no empeora con la actividad física.
“En la evaluación de un paciente con cefalea, lo más importante es la historia clínica, la descripción de los síntomas. Por esta razón es fundamental que el propio paciente observe con detalle las características del dolor: dónde duele, cómo duele, duración del dolor, momento del día en que aparece, y si se acompaña de otros síntomas: la luz, sonidos u olores resultan incómodos, el movimiento de la cabeza empeora el dolor, náuseas, vómitos, enrojecimiento ocular, congestión nasal, alteraciones visuales o de la sensibilidad en una parte del cuerpo, problemas de movilidad”, enumeran los expertos.
Con todos los datos aportados por el paciente y la evaluación en consulta, debe realizarse una exploración física y neurológica detallada para obtener un correcto diagnóstico y tratamiento.
La detección correcta es importante para distinguir la cefalea tensional de la migraña o jaqueca -donde el dolor es unilateral, es decir, la mitad de la cabeza, aparece como un latido y puede tener síntomas como náuseas, vómitos o intolerancia a la luz, ruido o ‘aura’, luces centelleantes o visión borrosa- o la cefalea en racimos -caracterizada por dolores intensos, unilaterales y de corta duración. Puede manifestarse con enrojecimiento ocular, lagrimeo, congestión nasal, hinchazón facial o edema en los párpados, entre otros síntomas.
¿Qué hacer para aliviar una cefalea tensional?
El tratamiento de la cefalea tensional tiene por objetivo identificar los factores desencadenantes y evitarlos, y tratar las crisis de dolor.
Fatiga o sobrecarga laboral; viajes y desplazamiento en automóvil; estrés emocional o relajación postestrés (día festivo, sábado por la mañana, día vacacional…); luces intermitentes -como conducir de noche, televisión sin la luz adecuada-; exceso o defecto de sueño nocturno, siesta o dormir matutinamente, omitir algunas comidas principales; alcohol; menstruación, tratamientos hormonales, embarazo y menopausia; ejercicio físico intenso como tenis, fútbol, montañismo o salto; cambios de temperatura ambiente, depresión atmosférica… son algunos de los factores desencadenantes más comunes.
Para tratar estas cefaleas, el fármaco se elige de forma individualizada para cada paciente y se pautan analgésicos, antiinflamatorios o paracetamol, y analgésicos específicos como ergotaminas y triptanes. En caso de presentar náuseas y vómitos, los especialistas determinan la medicación para controlar estos síntomas.
5 consejos ante la cefalea
Al tratarse de una de las patologías neurológicas más habituales, desde Clínica Universidad de Navarra ofrecen las siguientes recomendaciones para los pacientes que las padecen:
- Buscar ayuda. “La cefalea es una enfermedad que requiere, en primer lugar, un adecuado diagnóstico”.
- Evitar los desencadenantes del dolor: controlar la alimentación, el estrés, mantener un horario regular al dormir y practicar ejercicio regularmente.
- Evitar la automedicación.
- Mantener la pauta farmacológica más adecuada para cada tipo de cefalea, definida siempre por el especialista. Además, “el consumo indiscriminado de fármacos puede cronificar el dolor de cabeza y convertirlo en diario”.
- Es muy útil preparar la conversación con el médico e informarle de los síntomas que presenta, tratamientos recibidos y la repercusión del dolor sobre su vida familiar y social.
Para ello, se aconseja la utilización del denominado «diario de cefaleas«: aquí debe reflejarse los días que hay dolor, su intensidad (graduando la intensidad entre el 1 y el 10), los síntomas que preceden al dolor, los posibles desencadenantes, la medicación que se utilizó y si produjo alivio.
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