La exposición a ruidos de alta intensidad, por encima de 80 decibelios (dB), puede dar lugar a un trauma acústico.
“El trauma acústico es un problema que se produce cuando una persona está expuesta a un ruido repentino y extremadamente alto, o a ruidos fuertes durante un período prolongado. Este ruido puede provocar un daño en los mecanismos auditivos del oído interno”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra (CUN), quienes añaden que esta lesión “puede ser unilateral o bilateral, es decir, pueden afectar a ambos oídos o solo a uno”.
¿En qué circunstancias podemos exponernos a ruidos o sonidos de alta intensidad? Podemos encontrarlos en entornos de trabajo, como la construcción, trabajadores de aeropuertos o jardineros; u ocio, como conciertos, festivales, discotecas, petardos o fuegos artificiales.
“Es importante tener en cuenta que los sonidos por encima de 80 dB pueden ser traumáticos para el oído interno y, por tanto, aquellas circunstancias que nos exponen a sonidos de esa intensidad pueden facilitar que aparezcan lesiones permanentes del oído interno, que se manifestarán, fundamentalmente, con la pérdida de audición y los acúfenos», señala el Dr. Manuel Manrique, director del Departamento de Otorrinolaringología de Clínica Universidad de Navarra.
¿Cómo sé si tengo un trauma acústico?
Existen tres síntomas que pueden alertarnos de un trauma acústico:
- Pérdida repentina de la audición, uno de los primeros signos. “Esta pérdida puede ser temporal o permanente, según la gravedad del daño”.
- Acúfenos o Tinnitus. Los acúfenos, o los zumbidos en los oídos, son muy habituales en esta lesión. “Puede ser constante o intermitente y puede variar en volumen”, añaden los expertos.
- Dolor o sensibilidad, ya sea en los dos oídos o en uno.
El trauma acústico se clasifica en dos tipos:
- Trauma acústico agudo, que se produce por la exposición a un ruido extremadamente alto en un solo evento.
- Trauma acústico crónico, que se produce a partir de la exposición continua a ruidos fuertes durante un período prolongado.
¿Cómo tratar el trauma acústico?
Tal y como destacan desde Clínica Universidad de Navarra, es de suma importancia acudir inmediatamente al especialista si se siente una pérdida de audición.
“Si uno nota la aparición de un ruido, de un acúfeno duradero, después de una exposición a un ruido de alta intensidad o nota la aparición de una disminución de audición, tiene que ir a que sea evaluado por un especialista. En una situación así, de trauma acústico agudo, se puede actuar con tratamiento médico y se puede revertir la lesión. Mientras que en una exposición que no se siga de un tratamiento, ante la aparición de los síntomas, los resultados del trauma acústico pueden hacerse definitivos, y quedarse con una lesión auditiva para toda la vida”, señala el Dr. Francisco Javier Cervera, especialista de Otorrinolaringología de Clínica Universidad de Navarra.
¿Cuánto dura un trauma acústico?
En la mayoría de las ocasiones, los síntomas provocados por un trauma acústico no son reversibles. Por eso, es fundamental la prevención para evitar un daño en la audición y el buen cuidado de los oídos.
¿Cómo evitar un trauma acústico?
Tratándose de una dolencia irreversible, la prevención es fundamental. Desde Clínica, sus expertos destacan dos consejos útiles para proteger nuestros oídos:
- Uso de protectores auditivos, como tapones o protectores de oídos, ya que “pueden ayudar a proteger la audición en entornos ruidosos”.
- Control de la exposición al ruido. “Limitar el tiempo que pasa en entornos ruidosos y mantener un volumen seguro al escuchar música también puede ayudar a prevenir el trauma acústico”.
Además, hay que tener en cuenta que hay personas que tienen una mayor sensibilidad a padecer un trauma acústico. Como esto no puede saberse, la mejor recomendación es, de nuevo, proteger los oídos para prevenirlo. También existen factores que pueden influir a su aparición: por ejemplo, no es igual un ruido de 90 decibelios al aire libre que en un lugar cerrado.
¿Es perjudicial usar auriculares?
En palabras de los expertos de Clínica Universidad de Navarra, “la utilización de cascos o auriculares no está contraindicada. Lo importante en estos casos es controlar la intensidad de salida para evitar que supere los 80 dB”, y añaden que “para evitar posibles daños al oído, se recomienda hacer uso de aplicaciones móviles con sonómetro y activar las prestaciones del móvil que protegen y ofrecen seguridad para la salud auditiva”.
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