Científicos del grupo CIBER-OBN, de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, han descubierto que, a igual edad y otros factores relevantes, consumir café de forma habitual está asociado significativamente con una menor mortalidad.
El estudio se ha realizado en 20.000 voluntarios de toda España, graduados universitarios, con datos recogidos durante una media de 10 años, y se ha publicado en The American Journal of Clinical Nutrition.
Esta investigación se une a otras 200 publicaciones ya producidas por la cohorte Seguimiento Universidad de Navarra, del centro universitario, que está en marcha desde 1999, y ha sido financiada desde el Instituto de Salud Carlos III.
Más café, mayor longevidad
Los expertos señalan que el efecto se observa tanto con el café con cafeína como con el descafeinado, sea soluble o de máquina.
En cuanto a la protección, los datos indican que “es más fuerte en personas con 55 o más años y muestra una clara tendencia dosis-respuesta en el rango de consumo de entre una y seis tazas al día”.
Los investigadores ya habían estudiado previamente los supuestos riesgos de hipertensión arterial que se atribuían al café, descartándolos. “Ahora encontramos beneficios claros sobre el riesgo de mortalidad por todas las causas, lo que avala los beneficios del consumo de café”.
Los resultados obtenidos son similares a los obtenidos por otras cohortes o estudios más recientes que han utilizado métodos rigurosos para valorar el efecto del café, como el estudio EPIC, la cohorte multiétnica norteamericana o el estudio EUREYE-Spain.
Café: propiedades antioxidantes y antiinflamatorias
“Un aspecto novedoso de la cohorte “Seguimiento Universidad de Navarra (SUN)” es que los beneficios se mantenían incluso con consumos de 4-6 tazas de café al día y estaban especialmente presentes en las personas más mayores, donde la mortalidad se produce fundamentalmente por patologías crónicas. Cuanto mejor se controlaban las posibles explicaciones alternativas a la causalidad, más clara quedaba la asociación inversa: a más café, menor mortalidad total”, destacan los investigadores.
Asimismo, los especialistas indican que no hay riesgo de que el estudio se vea afectado por el problema de los exconsumidores enfermos, es decir, personas que han abandonado el café por tener una enfermedad previa.
“Nada sustenta que se hubiese dado tal efecto del exconsumidor enfermo, ni que hubiese una auto-selección de consumidores de café inicialmente sanos, sino que, más bien, sucedía al contrario. Este efecto cuenta con plausibilidad biológica y no se explica por un solo componente. El café es una mezcla compleja de sustancias y entre ellas muchas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias muy interesantes, y parece lógico pensar que actúen en sinergia”, subrayan.
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