Frente a los equipos actuales con escáner, el acelerador incorpora una resonancia magnética de 1,5 Teslas, de las mismas características que las utilizadas habitualmente en los servicios de radiología. De esta forma, y apoyados en algoritmos de inteligencia artificial, los especialistas serán capaces de ajustar la radiación que recibe el paciente, además de reducir la toxicidad y el número de sesiones.