Al inflamarse las amígdalas, aparecen las anginas. Esta dolencia provoca dolor de garganta y más de cuatro millones de consultas médicas al año en España.
En su mayor parte, las amigdalitis suelen estar causadas por virus (60%) y el otro 40% restante, por bacterias.
La decisión de someterse a una cirugía para extirpar las amígdalas es un tema crucial en el manejo de esta patología. Los síntomas de la amigdalitis, especialmente cuando son causados por infecciones bacterianas recurrentes, pueden plantear la necesidad de tomar en consideración la intervención quirúrgica.
La evaluación de la frecuencia y gravedad de las infecciones, junto con la respuesta a tratamientos conservadores, se convierte en un factor determinante para establecer el momento óptimo para la operación.
Amigdalitis causadas por virus
Si la amigdalitis está producida por virus, genera la siguiente sintomatología:
- Amígdalas inflamadas y enrojecidas.
- Dolor de garganta.
- Voz gangosa.
- Úlceras en la boca.
- Febrícula.
- Malestar general.
- Tos.
- Mucosidad nasal.
Amigdalitis causadas por bacterias
Por otro lado, si la dolencia está provocada por bacterias, sus signos más comunes son:
- Fiebre más alta (más de 38,5º).
- Malestar general.
- Dolor al tragar.
- Exudación o ‘placas’ blanquecinas.
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
Consejos ante la amigdalitis
La amigdalitis es muy contagiosa y un factor de riesgo es estar cerca de un paciente contagioso. “Toser, estornudar o simplemente hablar pueden transmitir esta afección”, señalan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.
“Se aconseja una consulta cuando el paciente es de corta edad, tenga síntomas clínicos muy pronunciados, padezca una enfermedad de base mal controlada (diabéticos, inmunodeprimidos…), haya realizado un tratamiento sintomático de tres o cuatro días sin mejoría, o presente algún síntoma de gravedad (convulsiones por la fiebre, dificultad respiratoria, sangrado por la boca…)”, indican.
Además, los expertos de Clínica ofrecen los siguientes consejos para tratar la amigdalitis:
- Reposo mientras dura la fiebre.
- Buena hidratación.
- Medicación analgésica, antitérmica y antiinflamatoria.
- Tratamiento antibiótico exclusivamente para los pacientes cuya amigdalitis tenga origen bacteriano.
¿Cuándo es necesario operar de amigdalitis?
En el caso de los niños, los especialistas de Clínica Universidad de Navarra coinciden en señalar que esta intervención está recomendada “cuando los episodios de amigdalitis son frecuentes o graves, con episodios de fiebre o convulsiones de forma repetida, que llegan a afectar a la salud general de los pequeños y a interferir en sus actividades cotidianas”.
En ocasiones, las amígdalas son tan grandes que dificultan la respiración o la deglución, causándoles trastornos del crecimiento o del sueño.
Si las vegetaciones sufren infecciones repetidas, o son tan grandes que obstruyen la parte posterior de las fosas nasales, o dificultan la ventilación de los oídos, pueden extirparse simultáneamente para evitar las consecuencias de estas infecciones o de la obstrucción.
La operación de vegetaciones, conocida como adenoidectomía, implica la extirpación de las vegetaciones adenoides, tejido linfático en la nasofaringe. Este procedimiento, crucial en casos de obstrucción nasal recurrente, puede mejorar la respiración y reducir infecciones en el tracto respiratorio superior.
“La amigdalectomía es un procedimiento muy seguro, con muy pocas complicaciones. Se realiza mediante cirugía ambulatoria (de corta estancia) y los pacientes se recuperan en pocos días”, concluyen desde Clínica Universidad de Navarra.
Es por ello que, la decisión de intervención quirúrgica, recae en la evaluación del especialista médico, quien tendrá en cuenta la frecuencia y gravedad de las infecciones amigdalares, así como la eficacia de los tratamientos aplicados.
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