La apendicitis es una inflamación del apéndice, una bolsa o tubo, con forma de ‘dedo’, que se encuentra entre el intestino delgado y el grueso.
Dicha inflamación se inicia por una obstrucción en el recubrimiento del apéndice que puede producirse por una infección, una obstrucción por restos de heces, o incluso por parásitos intestinales, entre otros motivos.
La dolencia produce un dolor en el abdomen de mayor o menor intensidad, aunque también pueden aparecer molestias alrededor del ombligo. Cuando la inflamación se incrementa, el dolor también lo hace y se convierte en un dolor especialmente agudo, pudiendo llegar a requerir tratamiento quirúrgico.
¿Qué signos produce la apendicitis?
La apendicitis manifiesta los siguientes síntomas:
- Dolor abdominal intenso.
- Fiebre.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas y vómitos.
Ante estos síntomas, o en función de la situación basal del paciente, los especialistas pueden realizar una analítica sanguínea para comprobar el nivel de leucocitos y confirmar la infección.
¿Cómo se trata la apendicitis?
Al tratarse de una infección, los antibióticos suelen responder convenientemente en el tratamiento de esta patología.
No obstante, en ocasiones, puede requerir de intervención quirúrgica. Esto ocurre entre un 10 % y un 20 % de los casos cuando el paciente sufre una apendicitis aguda, ante una inflamación o una infección del apéndice aguda, y que precisa de extirpación para evitar que dicha infección se disemine por el espacio abdominal y produzca una peritonitis.
En estos casos, el paciente ha de someterse a una apendicectomía que es “la técnica quirúrgica utilizada para la extracción del apéndice”, explican los expertos de Clínica Universidad de Navarra (CUN).
La cirugía precisa anestesia general y los especialistas pueden realizarla mediante dos procedimientos quirúrgicos: “El primero de ellos se realiza mediante una incisión en el lado derecho del abdomen y posterior extirpación del apéndice. En cambio, en el segundo, la operación se efectúa por vía laparoscópica, una técnica menos invasiva que requiere solamente tres o cuatro pequeñas incisiones en el abdomen para quitar el apéndice”, añaden desde CUN.
«Al realizar este tratamiento mediante laparoscopia, la recuperación es excelente y es una intervención con riesgos mínimos», resalta el Dr. Jorge Baixauli Fons, especialista del Departamento de Cirugía General y Digestiva.
Además, al tratarse de un proceso de origen infeccioso, será necesario administrar tratamiento antibiótico y vigilar la evolución del paciente.
El paciente puede ser dado de alta en uno o dos días, dependiendo de su evolución y siempre que no aparezcan complicaciones, y podrá llegar a reanudar sus actividades cotidianas en un plazo aproximado de entre una y tres semanas.
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