Clínica Universidad de Navarra en Madrid emplea una técnica de implantación de la prótesis de cadera mínimamente invasiva y sin hospitalización que, junto a un protocolo multidisciplinar, ofrecen una recuperación más rápida.
Desde hace tres años, Clínica apuesta por las intervenciones mínimamente invasivas que reducen la hospitalización hasta solo una noche y que permiten al paciente caminar cuatro horas después de la intervención. Ahora, pueden también realizarla de forma ambulatoria gracias a una adaptación de los procedimientos, el trabajo multidisciplinar y la educación personalizada de cada paciente.
Mejor calidad de vida del paciente
“Si la cirugía se realiza de forma mínimamente invasiva (por vía anterior), es posible implantar la prótesis accediendo entre los músculos, sin dañarlos, respetando los elementos anatómicos del cuerpo. Sin embargo, si se realiza una cirugía convencional –abierta, por vía posterior–, la recuperación es más lenta se trata de una intervención más agresiva, que supone desinsertar (quitar) los músculos, por lo que posteriormente es necesario reconstruir esa musculatura y, por tanto, el alta hospitalaria se prolonga hasta incluso el séptimo día”, explica el Dr. Juan Ramón Prieto, especialista del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología que se ha especializado en esta técnica durante cinco años en el Hospital Universitario de Saint-Étienne (Francia).
“Al apostar por la implantación ambulatoria, una técnica que se realiza desde hace más de 15 años en países como Estados Unidos, Alemania o Australia, hemos dado un paso más para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, porque la implantación mínimamente invasiva ofrece numerosos beneficios: la recuperación es mucho más rápida, permite una movilización mucho más precoz, menor pérdida de sangre y de dolor, y una vuelta a la actividad ordinaria mucho más rápida.
Beneficiosa para deportistas
“Se trata de una técnica muy ventajosa para deportistas, ya que podrán continuar con su actividad física sin restricción de movimientos tras la intervención (aunque tendrán que evitar los deportes de contacto intenso) y también para personas con obesidad, porque la acumulación de grasa en la región inguinal es menor que en la parte posterior”.
“Tras la operación, de la mano de nuestra enfermería especializada, realizamos un seguimiento posoperatorio mediante llamadas telefónicas a las 24 horas, control del dolor mediante protocolo analgésico individualizado, curas semanales, y educación mediante fisioterapia para conseguir una autonomía extraordinaria desde el primer momento”, concluye.
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