La prostatitis se produce por la inflamación de la glándula prostática. El tejido prostático se inflama por una infección bacteriana que suele ser la causa principal de esta patología.
Los síntomas son variados, pero causan molestias importantes en el paciente. Y además, “si no se trata adecuadamente con los antibióticos necesarios, y durante un tiempo prolongado, puede cronificarse haciendo más difícil su solución”, señala Clínica Universidad de Navarra.
Esta patología tiene afecta a entre 1 y 2 hombres por cada 10.000 varones.
Causas de la prostatitis
Generalmente, la prostatitis viene motivada por una infección bacteriana de la glándula prostática.
“Cualquier bacteria que pueda causar una infección urinaria puede producir una prostatitis bacteriana aguda. En hombres mayores de 35 años, la E. Coli y otras bacterias comunes típicamente causan prostatitis”, explican los especialistas de Clínica quienes añaden también que “algunas enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden causar prostatitis bacteriana”.
Por otro lado, los hombres de 50 años o más que tienen agrandamiento de la próstata –hiperplasia prostática benigna– presentan un mayor riesgo de sufrir prostatitis.
La prostatitis puede generar trastornos miccionales, sexuales y perineales. Por ello, la pauta farmacológica y cambios menores en la dieta y el comportamiento son las indicaciones de los especialistas para curar la infección: “La prostatitis aguda se debe aliviar por completo ya que puede reaparecer o convertirse en prostatitis crónica”.
¿Cuáles son los síntomas de la prostatitis?
En la prostatitis, los distintos procesos infecciosos o inflamatorios tienen una sintomatología similar:
- Disuria (dificultad para orinar).
- Frecuencia y urgencia o imperiosidad miccional, tanto diurna como nocturna.
- Micción dolorosa.
- Dolor perineal que puede irradiarse hacia el pubis, región lumbosacra, escroto, pene y cara interna de los muslos.
- Retención aguda de orina.
“En otras ocasiones predominan los síntomas sexuales: disminución del deseo, pérdida total o parcial de la erección, eyaculación dolorosa, a veces precoz, hemospermia (sangre con el semen) e infertilidad”, indican los especialistas.
Cuando la infección de la próstata es aguda aparecen síntomas como: fiebre, mal estado general, disuria, dolor perineal espontáneo o con la micción, y en ocasiones retención aguda de orina.
Existen varios síndromes prostáticos, según la clasificación del Instituto Nacional de Salud de EEUU (Clasificación NIH): prostatitis bacteriana aguda, prostatitis bacteriana crónica, síndrome de dolor pelviano crónico inflamatorio o no-inflamatorio, prostatitis inflamatoria asintomática.
Tratamiento de la prostatitis
Además de la historia clínica y la exploración, los especialistas realizan un cultivo fraccionado de orina, un cultivo de semen, una ecografía, un estudio analítico en sangre y una biopsia prostática, en algunos casos de prostatitis crónica.
Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento consiste en la administración de antibióticos por vía oral o intravenosa.
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