Desde el punto de vista nutricional, la manzana es una fruta que reúne múltiples ventajas y ofrece muchos beneficios para nuestra salud.
“Aporta nutrientes relacionados, sobre todo, con los hidratos de carbono (fructosa, glucosa y sacarosa). Tiene un alto contenido en agua y minerales (potasio). Presenta mucha fibra soluble e insoluble (sobre todo en la piel) y, a la vez, es rica en determinadas vitaminas (C y E)”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.
Asimismo, esta fruta aporta sustancias naturales (flavonoides) que intervienen en procesos metabólicos o de otra naturaleza (oxidativos).
Es una fruta propia del verano y otoño, aunque está disponible casi durante todo el año. Se mantiene en buenas condiciones fácilmente y, además, existen variedades que se reparten en distintas épocas del año.
“Para conservarlas, conviene mantenerlas en la nevera envueltas en una bolsa, lavándolas con agua semanalmente, evitando que maduren excesivamente o, al contrario, se congelen”, recomiendan.
Además, es fácil de consumir sola o con otros alimentos, siendo un complemento idóneo.
¿Cuáles son los beneficios que aporta la manzana?
La manzana tiene múltiples propiedades para nuestro organismo.
Ayuda a mantener el ritmo intestinal aportando fibra a la masa fecal, especialmente cuando se consume con piel.
Si se extrae la piel y se mantiene la fibra soluble, puede tener un efecto contrario (astringente), como sucede al prepararla cocida.
Otro de sus beneficios es que mejora el estado de hidratación, así como de determinados minerales, llegando a tener cierto efecto diurético. “Ayuda a eliminar grasas, sobre todo las relacionadas con la arteriosclerosis, e incluso mejora el perfil de riesgo cardiovascular, como se ha sugerido en algunos estudios”.
E incluso, esta fruta ayuda a limpiar las encías, aunque no sustituye la posterior limpieza bucal necesaria.
¿Para quién es beneficiosa la manzana?
Cualquier persona puede beneficiarse del consumo de esta fruta, aunque es idónea para aquellas con problemas digestivos, cardiovasculares o metabólicos (especialmente asociados al sobrepeso).
“Siempre es recomendable consumir esta fruta, al menos una pieza al día, salvo cuando se padecen piedras en el riñón, debido a que contiene sustancias (ácido oxálico) que pueden favorecer su formación”, añaden desde Clínica Universidad de Navarra.
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