Desde hace años, diversos estudios asocian enfermedades neurodegenerativas y la diabetes mellitus tipo 2. En ellos, se detecta que la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina, u otros estadios prediabéticos, podrían contribuir a la aparición de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o la de Alzheimer. Sin embargo, se desconocían los elementos implicados en la asociación de estas enfermedades.
Ahora, científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), Clínica Universidad de Navarra y del Complejo Hospitalario de Navarra han confirmado un posible mecanismo que relaciona estas enfermedades: la amilina, que podría tener un papel fundamental en los pacientes con enfermedad de Parkinson o Alzheimer.
Los resultados se han publicado en las revistas científicas Acta Neuropathologica y Annals of Neurology.
Diabetes y enfermedades neurodegenerativas
Los investigadores han desarrollado dos estudios en los que han analizado el tejido cerebral y pancreático de personas diagnosticadas con enfermedad de Alzheimer, con enfermedad de Parkinson, y con diabetes tipo 2, pero sin ninguna enfermedad neurodegenerativa.
“Nuestro estudio comenzó analizando las alteraciones patológicas presentes en el páncreas de los pacientes con enfermedad de Parkinson. Vimos que la principal proteína que se acumula en el cerebro de estas personas, alfa-sinucleína, está presente también en el páncreas. En paralelo, confirmamos que los pacientes diabéticos que no tenían esta proteína en el cerebro sí que la expresaban en el páncreas. Es decir, el páncreas de ambos pacientes es muy parecido en cuanto al contenido y distribución de determinadas proteínas, pero no ocurre lo mismo con su cerebro”, explican los investigadores del estudio.
Similares conclusiones en enfermedad de Alzheimer
Con estos datos, los científicos quisieron confirmar estos resultados en el páncreas de pacientes con otras enfermedades neurodegenerativas.
“En colaboración con el Complejo Hospitalario de Navarra analizamos muestras de enfermos con alzhéimer y encontramos que las proteínas que se acumulan de forma preferente en su cerebro (beta-amiloide y tau) también lo hacían en el tejido pancreático”.
Por otra parte, en las muestras de tejido pancreático pertenecientes a sujetos diabéticos, pero que no tenían ninguna enfermedad neurodegenerativa, también aparecían depósitos de estas proteínas.
Por ello, señalan los investigadores, “nuestros resultados indican que la amilina, una proteína que se deposita en el páncreas de las personas diabéticas, tiene un papel clave en la aparición de estos depósitos anormales. En concreto, podría interactuar con estas proteínas y desencadenar una cascada de eventos que originarían el depósito anormal de estas proteínas tanto en el cerebro como en el páncreas, lo que puede dar lugar al desarrollo de estas enfermedades”.
Posible diana terapéutica y de diagnóstico precoz
El trabajo concluye que la amilina podría ser una diana atractiva tanto para el tratamiento como para el diagnóstico precoz de pacientes con enfermedad de Parkinson o Alzheimer de manera sencilla.
“Por ello, es importante poder detectar esta amilina en muestras biológicas, así como seguir estudiando el papel que tiene esta proteína en la aparición de la enfermedad de Parkinson o de Alzheimer, lo que facilitará el desarrollo de nuevos tratamientos para combatir estas dos enfermedades”.
Por otro lado, los resultados obtenidos confirman que la diabetes puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de una enfermedad neurodegenerativa.
“Sin embargo, es importante señalar que este es un factor de riesgo modificable, ya que, como sabemos, un estilo de vida saludable disminuye el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y ayuda a controlarla mejor”, concluyen los investigadores.
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