Las bebidas deportivas o isotónicas permiten al deportista, sin importar su nivel de rendimiento, recuperar carbohidratos y sales minerales tras su actividad, especialmente tras esfuerzos prolongados o cuando el clima es caluroso o húmedo.
Este tipo de bebidas ayudan al organismo a recuperar estos componentes que se pierden por el sudor y el esfuerzo físico.
¿Cuándo es recomendable tomar una bebida isotónica?
Desde Clínica Universidad de Navarra indican que durante un entrenamiento, e incluso en el transcurso de una competición deportiva en un ambiente caluroso y húmedo que dure menos de una hora, “es suficiente con mantener una adecuada hidratación”. Esto se consigue bebiendo agua antes, durante y después del ejercicio.
Sin embargo, se puede optar por las bebidas isotónicas para evitar la llamada “pájara”, causada por la hipoglucemia o el descenso de los niveles de glucosa en sangre.
También puede recurrirse a éstas cuando “el ejercicio es intenso y duradero o se practica en un ambiente caluroso con abundante pérdida de sudor”. En estos escenarios, el cuerpo pierde agua y electrolitos, y disminuyen el azúcar en sangre y el glucógeno.
Bebidas isotónicas, ¿recomendables para el consumo habitual?
Las bebidas isotónicas se consumen más allá del mundo deportivo.
“Lo que debe quedar claro es que, como cualquier otro suplemento nutricional, tienen sus indicaciones y su posología. No son una bebida más. Y no deben tomarse como refresco fuera del entorno deportivo, creyendo que por estar relacionadas con el deporte son un producto que ayuda a cuidar nuestra salud, ya que su contenido en sales y azúcares es muy alto”, señalan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.
En este sentido, “para los niños en general tampoco parece recomendable darles este tipo de bebida como refresco en lugar del agua o de zumos naturales”, subrayan.
La European Food Safety Authority, el órgano europeo que regula las alegaciones atribuibles a los alimentos y suplementos nutricionales, ha aceptado dos alegaciones para las bebidas deportivas: que hidratan mejor que el agua y que ayudan a mantener el rendimiento en atletas que realizan esfuerzos de resistencia. “Estas dos alegaciones no son aplicables a la gente corriente que va al gimnasio o a los niños que juegan al fútbol”, afirman los especialistas.
Tanto para el American College of Sports Medicine como para la European Food and Safety Authority hay suficiente evidencia científica para justificar el uso de las bebidas deportivas con el fin de mejorar el rendimiento deportivo en aquellos esfuerzos que duren más de una hora, “pero no parece estar justificado su uso en cualquier persona que haga deporte”.
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