Los pacientes que están anticoagulados se medican para evitar que la sangre se coagule con facilidad y sufrir embolias o trombosis.
“Están indicados en la prevención a largo plazo de la enfermedad tromboembólica, es decir, en todas aquellas situaciones clínicas que llevan asociada una alta incidencia de tromboembolismo y en aquellos casos en los cuales el primer síntoma de la enfermedad es el accidente trombótico o embólico para prevenir el segundo episodio. También se utilizan a corto plazo tras un primer episodio de trombosis venosa profunda o embolismo pulmonar”, explican desde Clínica Universidad de Navarra.
Pacientes con patologías cardíacas, problemas de trombosis en las piernas o embolias pulmonares son susceptibles de tomar este tipo de medicación.
En el caso de las enfermedades cardiovasculares, como la fibrilación auricular, pacientes con válvula cardiaca mecánica implantada, que han sufrido una trombosis venosa… tienen un mayor riesgo de presentar un tromboembolismo, por lo que el tratamiento con anticoagulantes es habitual.
Al tratarse de una causa médica y un tratamiento tan delicado, los especialistas de Clínica Universidad de Navarra ofrecen las siguientes recomendaciones a los pacientes anticoagulados:
Tratamiento de la trombosis o embolias
Los anticoagulantes orales ‘licuan’ la sangre para que ésta no se coagule con facilidad.
El Sintrom y la heparina son los tratamientos más conocidos. Desde Clínica indican:
- Asegurarse de que la marca y dosis por comprimido del medicamento que va a tomar son los mismos que los indicados por el médico.
- Tomar la dosis exacta prescrita y el número de tomas indicadas.
- No aumentar ni reducir la dosis en caso de olvido sin consultarlo previamente.
- Tener siempre en casa la caja del medicamento.
- El control del tratamiento anticoagulante debe hacerse como máximo cada 4 o 5 semanas.
- Llevar siempre el carné de control.
- No usar las inyecciones intramusculares o consultar si la utilización de éstas fuera imprescindible.
- La coloración anaranjada de la orina es normal durante el tratamiento.
- Mantener el medicamento siempre fuera del alcance de los niños.
Control del tratamiento
El paciente anticoagulado precisa de un seguimiento y un control periódicos para controlar la coagulación y ajustar la medicación a sus necesidades.
- Este control es imprescindible cuando el paciente toma además otro tipo de tratamientos, ya que existen importantes interferencias que potencian o frenan la acción del anticoagulante. “Por ello, no se tomarán ni antiagregantes (Aspirina®, Adiro®) ni antiinflamatorios”.
- En caso de enfermedad, con o sin fiebre, diarrea, pérdida de apetito o ictericia, debe consultarse al médico.
¿Qué debe hacer un paciente anticoagulado ante una hemorragia?
Si sangra sin motivo, sangra más de lo normal, o aparecen hematomas de manera espontánea, es necesario acudir al control médico antes de la fecha de seguimiento.
Nunca, como primera medida, debe suspenderse el tratamiento anticoagulante. Siempre es necesario acudir a un centro médico o a urgencias.
Si la hemorragia no es muy copiosa, no será necesario adelantar el control, pero sí comentarlo en la siguiente visita.
Si la hemorragia es más abundante o se prolonga más tiempo, sí será necesario adelantar el control y reajustar la dosis para conseguir su cese.
Tipos de hemorragia:
- Hemorragia conjuntival: suele ser debida a la fragilidad de los capilares, agravado por un estornudo, golpe de tos… No requiere tratamiento excesivo.
- Hemorragia nasal (epistaxis): suele ocurrir por una congestión nasal, cuando el ambiente es muy seco y la mucosa está reseca, porque hace mucho calor, porque se ha sonado fuerte… «Como medida terapéutica, es suficiente la aplicación de un tapón con un hemostático local. Es conveniente sonarse la nariz inmediatamente después del lavado matutino. Se puede prevenir aplicando vaselina en ambas fosas nasales y humidificando el aire de la habitación», explican desde Clínica.
- Gingivorragias: la encía es un tejido blando que sangra con facilidad. La limpieza buco-dental debe ser frecuente y cuidadosa. El cepillado ayuda a fortalecer las encías.
- Hematomas cutáneos: suelen ocurrir por fragilidad de los capilares. Si son de poca intensidad, no será necesario tomar ninguna medida. Si son grandes, será necesario su control.
- Esputos con sangre: frecuentemente se trata de sangre procedente de la garganta. Será necesario realizarle una exploración visual por parte de un especialista.
- Sangre roja en las heces: si el paciente está estreñido, puede ser debido a la presencia de hemorroides o de una fisura anal. Es necesaria una exploración adecuada por parte del especialista y el paciente ha de notificar esta circunstancia en el control rutinario para ajustar la dosis y/o prevenir la anemia.
- Hemorragia ginecológica (escasa cantidad): si la paciente está en edades cercanas a la menopausia, será provocada, en la mayor parte de las veces, por desarreglos hormonales. Será necesario realizarse una exploración ginecológica.
¿Cuándo es necesario ir a urgencias ante una hemorragia?
Un paciente anticoagulado debe ir a urgencias cuando “por la localización o la cantidad de sangre perdida pueden comprometer la vida del paciente o debe ser necesaria la realización de la transfusión de sangre”. Puede llegar a suspenderse el tratamiento.
Este tipo de hemorragias pueden producir pérdida brusca de visión, epistaxis o sangrado nasal que no se pueden detener, cefalea intensa con vómitos, esputos con sangre o vómitos de sangre, hemorragias ginecológicas severas, sangre en la orina, entre otras.
¿Qué debe hacer si el paciente tiene fiebre?
La fiebre en un paciente anticoagulado, al igual que en otra persona que no tome anticoagulantes, suele ser síntoma de una enfermedad infecciosa.
Si la fiebre está causada por una infección vírica, solamente será necesario tomar paracetamol como antitérmico (no usar aspirinas ni medicamentos que la contengan).
Puede completar esto con compresas frías o un baño de agua tibia, con el fin de remitir la fiebre. Utilizar antibiótico solo en caso de infección bacteriana y siempre prescritos por el médico.
¿Qué debe hacer si tiene dolor?
Si el paciente anticoagulado tiene dolor puede tomarse un analgésico como paracetamol o metamizol.
La vía de administración se elige en función de la intensidad, pero hay que descartar la vía intramuscular por el peligro de hemorragia que la punción conlleva.
Ante dolores articulares, es recomendable aplicar calor seco, realizar un masaje sobre la zona, aplicar un antiinflamatorio en pomada y practicar ejercicios de rehabilitación.
¿Qué debe hacer una paciente anticoagulada si está embarazada?
Si una paciente en edad fértil y con tratamiento anticoagulante oral se queda embarazada, debe contactar lo antes posible con el médico responsable del control de su tratamiento, con el fin de evitar los efectos nocivos de los anticoagulantes orales. Éstos son capaces de atravesar la barrera placentaria y producir malformaciones fetales.
¿Qué hacer ante una herida?
En los pacientes con tratamiento anticoagulante que sufren un traumatismo con herida abierta, la sangre tarda más tiempo en coagularse. Se debe hacer una compresión más prolongada sobre la zona.
Si la herida es importante, en cuanto a tamaño y cantidad de sangre, deberá ser remitido a un servicio de Urgencias.
Si el paciente sufre un traumatismo sin herida abierta, debe realizarse inmediatamente un vendaje compresivo.
Si existe fractura ósea, ha de ser trasladado inmediatamente a un servicio de Urgencias.
¿Qué debe tener en cuenta al acudir al dentista o al someterse a una intervención quirúrgica?
Los pacientes anticoagulados NUNCA deben someterse a una extracción dental, sin antes tomar unas medidas adecuadas para disminuir el riesgo de hemorragia:
- Aquellos pacientes anticoagulados portadores de una prótesis valvular o tienen una valvulopatía sin corregir nunca deben dejar el tratamiento anticoagulante. Deben ser atendidos en un centro hospitalario donde se disponga de una hemostasia adecuada tras la extracción.
- Si el paciente está anticoagulado, porque sufrió una trombosis venosa, embolia pulmonar o tienen una arritmia, será suficiente con suspender la dosis unos dos días antes, pero no es recomendable realizar más de una extracción por mes. Si después de la extracción sucede una hemorragia, deberá acudir al odontólogo.
Si va a someterse a una intervención quirúrgica, debe notificarlo a su médico para prepararse con antelación.
¿Y si ha de vacunarse?
El paciente anticoagulado tiene las mismas indicaciones de vacunación que una persona sana.
Además, el riesgo de padecer una enfermedad infecciosa es mayor que el de la población normal y puede descompensar la cardiopatía.
La vía de administración no tiene contraindicación, ya sea vía oral o la subcutánea, pero si se trata de la inyección de la vacuna antitetánica, que es intramuscular, debe ser puesta preferiblemente en el brazo.
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