Un estudio desarrollado por Clínica Universidad de Navarra confirma que el empleo de células madre para tratar la artrosis de rodilla mejora el estado clínico y funcional de la rodilla, los síntomas de esta patología, y ayuda a posponer la intervención quirúrgica. En resumen, mejora la calidad de vida del paciente.
Los resultados han sido publicados en el Journal of Translational Medicine.
Estudio de células madre para la artrosis de rodilla
Esta investigación ha contado con 25 pacientes que han sido valorados mediante dos escalas, VAS y WOMAC, en función de su estado actual en referencia al dolor y la capacidad funcional para las actividades de la vida diaria, entre otros.
Todos ellos iniciaron un primer ensayo clínico entre 2012 y 2013, en el que les inyectaron células madre adultas (MSC) obtenidas de la pala ilíaca (pelvis) para valorar la seguridad del procedimiento. Este procedimiento ya demostró la eficacia clínica a lo largo del seguimiento de 12 meses que duró el ensayo.
Los pacientes fueron distribuidos en tres grupos: grupo de control, que no recibieron el preparado; aquellos que recibieron una dosis baja; y el último grupo, que recibió una alta dosis de células madre adultas.
A estos dos últimos grupos se les administró células MSC procedentes de la pala ilíaca, que anteriormente habían sido cultivadas en el Laboratorio de GMP de la Clínica, mediante una inyección intraarticular.
Ahora, cuatro años después de la administración del tratamiento, se ha demostrado que el empleo de células madre es un procedimiento seguro para mejorar el estado clínico y funcional de los pacientes con artrosis a corto y largo plazo. El tratamiento actúa contra la inflamación y el dolor, causa principal de la limitación del paciente con artrosis.
Los resultados de esta investigación son de especial relevancia ya que la rodilla es una articulación de carga, soporta nuestro peso y el de los objetos que portamos, está en continuo movimiento al andar, sentarnos o subir escaleras, lo que lleva al desgaste de la articulación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 70% de los mayores de 50 años tienen signos radiológicos de artrosis, aunque no siempre es dolorosa. De ellos, la sintomatología está presente en el 60% de los hombres y en el 70% de las mujeres en edades por encima de los 65 años.
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