¿Cómo afecta el cambio de hora a nuestra salud?
Un año más, llega el momento de cambiar la hora del reloj. Aunque en los últimos años ha surgido el debate sobre si realizar o no dicho cambio, se espera que esta decisión la tome el Parlamento Europeo en 2021. Hasta entonces, volveremos a girar las agujas del reloj para adaptarnos al horario de invierno.
Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra reconocen que “la adaptación para muchos va a ser solo un día malo o, como máximo, para gente a la que pueda costarle será de una semana”.
En esta ocasión, la adaptación es más sencilla, ya que se duerme una hora más, y los problemas se asocian más al cambio de primavera, cuando se acorta una hora de sueño. “Y aunque sólo se duerme una hora menos, a nuestro organismo le cuesta adelantar el reloj biológico”, explican.
El reloj del organismo ante el cambio de hora
Desde Clínica subrayan que la clave está en el reloj interno del organismo. Nuestro ritmo interno es de algo más de 24 horas, por lo que alargar una hora más no le afecta tanto.
La luz, horarios de comida, ejercicio… Favorecen nuestros horarios de sueño. Para las personas con problemas de sueño cambiar estos horarios puede repercutir en insomnio, no despertarse a la hora adecuada, tener somnolencia durante el día, junto a problemas de memoria, atención, irritabilidad, etc.
¿Cómo podemos prevenir los efectos del cambio de hora?
- Adaptarse poco a poco, cuatro o cinco días antes del cambio oficial. Por ejemplo, a los niños les cuesta más adaptarse por lo que es bueno ir cambiando con un cuarto de hora, para que cuando sea la hora entera ya estén adaptados.
- Aprovechar lo antes posible la luz por la mañana, con ejercicio matinal, por ejemplo.
- Evitar las luces por la tarde-noche y no cenar muy tarde.
La Sociedad Española del Sueño aconseja que en España se mantenga un único horario y que sea el horario de invierno. Éste favorece tener más horas de sueño y un despertar más natural, que coincide con el amanecer.
Sin embargo, no está ajeno a inconvenientes que están relacionados con los hábitos sociales: “Si se mantiene el horario de invierno durante todo el año, en verano amanecería muy temprano y anochecería antes, por lo que es posible que se necesitaran cambiar hábitos como la hora de la cena, actividades de tarde-noche o tomar algo antes de cenar. Sería cuestión de adaptarse”, señalan.
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