El vértigo, el mareo y la inestabilidad afectan a un alto porcentaje de la población en algún momento de la vida, de manera ocasional o recurrente.
Se calcula que 350.000 personas en España han sufrido algún episodio de vértigo en el último año.
“El impacto psicológico que tiene en los pacientes es muy considerable”, valoran los especialistas de Clínica Universidad de Navarra. Ya que las personas que sufren un trastorno del equilibrio crónico han de modificar muchos de sus hábitos laborales, desde reuniones de trabajo y viajes, hasta restringir la conducción, reducir sus actividades sociales o familiares, o aumentar la dependencia de terceras personas.
¿Qué es el vértigo?
El vértigo se define como una alucinación del movimiento. “Crees que tu entorno se mueve cuando no lo está haciendo, y esto puede ocurrir cuando se está tumbado o caminando”.
Cualquier persona puede sufrir vértigo, desde la infancia hasta la ancianidad, pero sus causas son diversas, lo que complica su diagnóstico y su tratamiento, que estará supeditado a la causa que dé origen al vértigo.
Más que una enfermedad, el vértigo es un síntoma. Sin embargo, desde Clínica recomiendan acudir al médico y establecer un diagnóstico para asegurarse de que no existe un problema más grave, como un ictus o un tumor.
Existen tres trastornos del equilibrio:
- Mareo: sensación de vacío en la cabeza, acompañado de malestar, desmayo inminente, nauseas, vómitos, sudoración fría y palidez.
- Inestabilidad: sensación de pérdida del equilibrio, que puede ser real o falsa.
- Vértigo: percepción falsa de movimiento del entorno o de uno mismo.
¿Cómo prevenir un vértigo?
Los especialistas de Clínica mencionan dos claves:
- Seguir una dieta baja en sal y tomar diuréticos.
- Los sedantes vestibulares y los corticoides son muy útiles para una crisis aguda, pero han de mantenerse sólo unos pocos días.
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