La alergia a la leche es una de las alergias alimentarias más comunes, especialmente en niños menores de 5 años.

Una alergia alimentaria se produce cuando el paciente tiene una reacción sobre determinados alimentos y el sistema inmunológico desencadena el rechazo, al identificar como ‘extraño’ algo que debería tolerar y activa los mecanismos de defensa para combatirlo.

“Desarrolla anticuerpos que, al reconocer al antígeno o alimento en cuestión, pone en marcha una serie de reacciones como picores, ronchas, dificultad para respirar, edema facial…”, describe Clínica Universidad de Navarra en nuestra publicación del blog “Reacción a un alimento: alergia o intolerancia”.

Alergia a la leche y etiquetas de los alimentos

“La leche y los productos lácteos se encuentran en muchos alimentos. Las formas más obvias son la nata, yogures, quesos, mantequilla, helados, etc.”, señalan desde el centro.

Además, no debemos olvidar que estos elementos también pueden estar ocultos en otros alimentos, por lo que se debe leer las etiquetas de los productos.

“Dentro de una misma categoría, incluso, unos pueden llevar proteínas de leche de vaca y otros no. Y la palabra ‘no lácteo’, en la etiqueta de un producto, indica que el alimento no contiene mantequilla, crema o leche, pero sí suele contener con frecuencia caseinato sódico”.

Por ello, los especialistas de Clínica Universidad de Navarra subrayan que, a la hora de analizar la etiqueta de un producto, debemos asegurarnos de evitar los alimentos que contengan cualquiera de los siguientes ingredientes:

  • Leche.
  • Aromatizante de mantequilla artificial.
  • Grasa de mantequilla.
  • Caseína.
  • Caseinatos: amonio, calcio (E-4511), magnesio, potasio, sodio (E-4512).
  • Hidrolizados: caseína, proteína de la leche, proteína, suero lácteo, proteína del suero lácteo.
  • Lactoalbúmina, fosfato de lactoalbúmina.
  • Lactoglobulina.
  • Suero lácteo (sin lactosa, desmineralizado, concentrado de proteína).

Alergia la leche, ¿qué alimentos no se deben comer?

La reacción alimentaria aparece de forma inmediata o transcurridas dos horas después de la ingesta o el contacto con el alimento alérgeno.

“Para evitarla, la principal medida es evitar su consumo, tanto directo como en trazas o productos que hayan podido entrar en contacto con ellos”.

De esta forma, los especialistas recomiendan a las personas alérgicas a la leche descartar de la dieta los siguientes siete grupos de alimentos:

  1. Todo tipo de leche: de cabra, oveja, búfala (mozzarella), en polvo, condensada, descremada, evaporada, fórmulas para lactantes, etc.
  2. Productos lácteos: quesos, yogures, mantequilla, nata, helados, batidos, cuajada, arroz con leche, etc.
  3. Las carnes procesadas, incluyendo los perritos calientes y las salchichas. Los fiambres en conserva suelen contener leche o se procesan en líneas que contienen leche. Por ello, hay que leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos.
  4. Bollería: galletas, magdalenas, pasteles, donuts, etc.
  5. Productos que contengan leche: chocolate con leche, turrones, potitos con leche, papillas de farmacia lacteadas, batidos de frutas que contengan leche.
  6. Determinados cereales: cereales preparados y precocidos con sólidos lácteos, o que contienen caseína u otros productos lácteos añadidos.
  7. Pan de panadería, pan de molde o pan de Viena (panes o bollos de leche). “Hay que tener especial atención con estos productos e informarse debidamente en la panadería de consumo habitual”.