La fiebre es un síntoma muy frecuente en los primeros meses y años de vida. También, en el inicio y duración del curso escolar, ya que los más pequeños entran en contacto con otros niños y se incrementan las posibilidades de contagio de enfermedades, resfriados…

La fiebre no es una enfermedad. “Se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo ante determinados agentes externos, como pueden ser las infecciones bacterianas, las infecciones víricas -que causan el 90 % de los episodios febriles-, el estrés, entre otras”, destacan desde Clínica Universidad de Navarra.

En el caso de los niños,cuánto más pequeño sea el niño, más riesgo de complicaciones presentará, ya que su estado inmunológico todavía no está maduro y tendrá menos posibilidades de reaccionar frente a la infección”.

Los especialistas del centro ofrecen los siguientes consejos sobre cómo tomar la temperatura o cómo actuar cuando los más pequeños de la casa están febriles, entre otras cuestiones.

¿Cuándo poner el termómetro a un niño?

Existen algunos signos y comportamientos que pueden servir de alerta:

  • Cuando la piel esté caliente al tacto o esté enrojecida.
  • Cuando un niño activo, deja de moverse y jugar.
  • Cuando presenta somnolencia.
  • Cuando un niño que come bien tiene falta de apetito.
  • Cuando tiene síntomas de resfriado.
  • Cuando, en reposo, tiene una sudoración excesiva.
  • Cuando tenga una respiración agitada.

Además, en el caso de los bebés, se debe tener en cuenta:

Fiebre en niños menores de 3 meses

Un lactante menor de 3 meses con fiebre alta debe ser visto por el médico. “Éste realizará los exámenes necesarios para diagnosticar la causa de la fiebre”.

Fiebre en niños mayores de 6 meses

En los lactantes mayores de 6 meses con un estado general bueno será conveniente que en las 24 horas, tras aparición de la fiebre, sea visto por un médico, y si no encuentra la causa habrá que efectuar un control a las 24 horas.

Si el estado general empeora, habrá que acudir de nuevo a un centro médico.

¿Cómo poner el termómetro?

Temperatura oral o axilar

Este tipo de termómetro tiene la punta delgada y alargada. Si se toma la temperatura en la boca hay que colocarlo debajo de la lengua, diciéndole al niño que no hable ni lo muerda, durante 3 minutos.

En el caso de medir la temperatura axilar, hay que colocarlo en el hueco de la axila, sin que entre en contacto con la ropa, y mantenerlo durante 5 minutos.

La temperatura oral o axilar normal será hasta 37ªC, entre 37-38º C se denominará febrícula, y a partir de 38º C se tratará de fiebre.

Temperatura rectal

Este termómetro tiene la punta más redondeada y más corta. “Para que sea algo menos doloroso se puede cubrir la punta del termómetro con vaselina”, recomiendan.

Hay que colocar al niño de medio lado, con las rodillas flexionadas, e insertar suavemente el termómetro en el ano, no más de 2-3 cm.

Hay que evitar que el niño se mueva sosteniéndolo o con la ayuda de alguien. Se debe mantener el termómetro durante 1 minuto aproximadamente.

La temperatura rectal es medio grado más que la temperatura medida en boca o axila. Por ello, se considerará que no tiene fiebre hasta los 37,5ºC, y sí la tiene a partir de 38,3-38,5ºC.

¿Qué hacer si el niño tiene fiebre?

  • En primer lugar, debe quedarse con la menor ropa posible. Hay que procurar además que en la habitación no haga excesivo calor.
  • Si el niño tiene temblores y escalofríos, se le puede tapar con ropa ligera.
  • Se le pueden poner compresas frías en brazos, piernas y tórax.
  • El niño ha de beber líquidos frescos, en pocas cantidades y frecuentemente.
  • Si la temperatura es mayor de 38ºC se le debe administrar un antitérmico. Los más frecuentes son el paracetamol y el ibuprofeno.

Si la fiebre no cede fácilmente se puede combinar el paracetamol con el ibuprofeno. Cada 3 horas, aproximadamente, se puede alternar la dosis de ambos.

Estos antitérmicos suelen alcanzar su máxima eficacia hacia la media hora de su administración.

  • A la media hora de haberle administrado el antitérmico, si la fiebre es alta, puede darle al niño una ducha o baño con agua tibia. Nunca con agua muy fría.

Niños y fiebre, ¿cuándo acudir a urgencias?

Si la fiebre persiste, o existen determinadas circunstancias del pequeño, desde Clínica indican que se debe acudir a urgencias:

  • Si el niño es menor de 3 meses.
  • Si la fiebre es superior a 40ºC.
  • Si la fiebre no cede bien una hora después de haberle administrado el antitérmico.
  • Si ha presentado una convulsión febril.
  • Si presenta vómitos repetidos.
  • Si el niño llora inconsolablemente.
  • Si es difícil de despertar.
  • Si esta confuso o delirante.
  • Si tiene la nuca rígida.
  • Si tiene manchas como oscuras en la piel o petequias.
  • Si presenta respiración dificultosa, haciendo mucho trabajo respiratorio, como por ejemplo hundimiento costal, respiración con el abdomen…
  • Si el niño presenta alguna enfermedad grave: cardiovascular, renal, diabetes…