La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido muy clara en su último comunicado: debemos reducir el azúcar a seis cucharaditas diarias. Se trata de algo muy fácil cuando hablamos de la cantidad que le ponemos al café o un dulce, pero es muy difícil si tenemos en cuenta el azúcar que está “escondido” en los alimentos.
Las últimas recomendaciones de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) aconsejan consumir menos del 10% de la ingesta calórica total. La OMS comparte esta recomendación y añade que si éste fuese menor al 5% produciría beneficios adicionales para la salud.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente indica en un informe que la cantidad de azúcar consumida en España es de 10,6 g por persona y día. En principio no deberíamos alarmarnos porque “observando sólo este dato podríamos pensar que nos encontramos dentro de la normalidad, pero hay que ser conscientes de que este estudio no tiene en cuenta el que está presente en los alimentos”, aseguran desde Clínica Universidad de Navarra.
Azúcar presente en los alimentos
En los últimos años, se ha hablado y mucho de los perjuicios que conlleva el consumo de azúcar, lo que ha provocado un descenso en el consumo familiar, pero no de productos procesados o bebidas que también lo contienen.
La bollería, los refrescos, las patatas o los snacks se han incorporado a nuestro consumo habitual, pero son también perjudiciales. “Un ejemplo muy claro que solemos ver en la consulta es el de personas que han sustituido el azúcar por la miel, pensando que ésta es más saludable. Pero este alimento contiene fructosa, igualmente calórico, y con un efecto perjudicial similar al azúcar sobre la salud si se consume en exceso”, indican.
Pero existen otros alimentos que contienen una cantidad considerable de esta sustancia y que no los tenemos tan interiorizados, como por ejemplo: galletas saladas, cereales de desayuno, zumos de frutas comerciales, snacks, salsas como el ketchup, algunos panes de molde o tipo hot-dog.
En el caso de los refrescos, los especialistas de Clínica Universidad de Navarra señalan que “100 ml de refresco de cola contiene aproximadamente 10 g de azúcares simples. La misma cantidad de zumo comercial de piña contiene casi 11 g. Y, sin embargo, tenemos una peor imagen de los refrescos que de los zumos”. En una noticia anterior ya hablamos de los mitos y verdades sobre la alimentación o dietas sin gluten.
¿Por qué es perjudicial el consumo excesivo de azúcar?
Desde Clínica Universidad de Navarra destacan algunos aspectos perjudiciales que puede generar el exceso de fructosa, es decir, la forma de azúcar encontrada en los vegetales, frutas y miel:
- Aumento de peso y mayor riesgo de obesidad, ya que el consumo excesivo conlleva una dieta hipercalórica.
- Los alimentos con este tipo de añadidos suelen ser muy pobres nutricionalmente al contener déficit de vitaminas, minerales, etc. Y provocar malnutrición.
- Mayor riesgo cardiovascular y resistencia a la insulina. Ello multiplica las posibilidades de padecer diabetes mellitus tipo 2.
- Mayor riesgo de hipertrigliceridemia, es decir, tener los niveles de triglicéridos altos y con valores de HDL-colesterol bueno bajos.
- Intolerancia a la fructosa. “En nuestras consultas estamos viendo cada vez más pacientes intolerantes a la fructosa, lo que les provoca molestias digestivas como flatulencia, diarreas, etc., que en ocasiones les limitan su vida diaria. Por ello, es necesario que las personas sepan en qué alimentos se pueden “esconder” estos tipos de azúcares”.
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