Científicos de la Facultad de Farmacia y Nutrición y del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, pertenecientes a IdisNA, estudian una novedosa terapia combinada de células madre adultas, proteínas terapéuticas, y biomateriales que repara el corazón.

Por este avance,han recibido el Premio de Investigación 2019 de la Sociedad Española de Farmacia Industrial y Galénica.

El galardón reconoce el mejor artículo publicado por los miembros de la Sociedad en los dos últimos años. Una publicación que llegó a ser portada de la prestigiosa revista Journal of Controlled Release, situada entre las diez primeras de su área.

El trabajo se enmarca dentro de una de las principales líneas de investigación del grupo, que consiste en la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas para la regeneración cardiaca tras un infarto de miocardio utilizando nano y microtecnología.

Terapia combinada para el corazón

El trabajo de los investigadores estudia el potencial de una estrategia de medicina regenerativa a través de una terapia que combina células madre adultas, proteínas terapéuticas y biomateriales.

La novedad de este trabajo reside en aprovechar la secreción paracrina de las células madre, y su capacidad de interaccionar con el entorno, para obtener un sistema capaz de reparar el daño cardiaco tras el infarto.

 “Además, encapsulamos la neuregulina-1 en micropartículas. Se trata de una proteína terapéutica con capacidad para restaurar la función cardiaca y para despertar la capacidad autónoma de regeneración del corazón. Esa encapsulación permitió protegerla de la degradación y conseguir una liberación controlada en el miocardio dañado a lo largo del tiempo”, describen los especialistas.

Ingeniería de tejidos para la reparación cardiaca

Los investigadores han obtenido resultados en un modelo animal que demuestran que el uso de esta estrategia favorece una mayor supervivencia de las células madre en el tejido, tanto a corto como a largo plazo.

Además, esta terapia combinada redujo el tamaño de infarto y promovió la formación de nuevos vasos sanguíneos, lo que mejoró la función cardiaca.

Los especialistas destacan además que esta novedosa investigación podría ser aplicable a la reparación de otros tejidos.