Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) son un problema de salud en gran parte del mundo, sobre todo en países desarrollados.

Estas engloban dos patologías, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. En España, la colitis ulcerosa es más frecuente que la enfermedad de Crohn, con un 58% y un 42% respectivamente. Se espera además que esta diferencia aumente ligeramente en los próximos años.

En el caso de la segunda, la enfermedad de Crohn es una afectación inflamatoria de tipo crónico y autoinmune del tubo digestivo. Esta evoluciona de modo recurrente con brotes.

La enfermedad de Crohn puede afectar desde la boca hasta el ano. Aunque, la localización más frecuente es el íleon terminal.

Suele darse en gente joven de entre 20 y 30 años con mayor frecuencia, aunque tal y como señalan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra, “entre los 33 y 45 años es la edad de diagnóstico más habitual”.

Diagnóstico de la enfermedad de Crohn

“El diagnóstico se realiza con hallazgos radiológicos, endoscópicos e histológicos (biopsia)”, afirman desde Clínica Universidad de Navarra.

En las fases agudas de la enfermedad la analítica se altera con la elevación de la velocidad de sedimentación (VSG y de la proteína C reactiva), y el aumento de las cifras de glóbulos blancos y plaquetas.

Los estudios radiológicos, como puede ser un TAC o una ecografía, ayudan a poner de manifiesto las posibles complicaciones.

Y, la gammagrafía con leucocitos marcados ayuda a permitir valorar la extensión de la inflamación.

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento debe ser individualizado ya que hay que tener en cuenta la evolución, localización, afectación y el tipo de enfermedad inflamatoria que padece el paciente.

Para los brotes se suelen utilizar corticoides, antibióticos o inmunosupresores. También existen otros tratamientos más novedosos basados en la alteración del sistema inmunológico como los anticuerpos monoclonales anti-TNF.

Desde Clínica Universidad de Navarra señalan que durante la fase de remisión se debe intentar evitar, aunque no siempre se pueda, la toma de corticoides y dejar solo el 5-ASA de mantenimiento. Siempre, bajo prescripción médica.

En la enfermedad de Crohn, la cirugía se utiliza como tratamiento de posibles complicaciones como pueden ser los abscesos, las fístulas o el megacolon tóxico.

Síntomas y causas

Pese a que no se conoce la causa de esta enfermedad, existen múltiples factores determinantes en su origen. La hipótesis más actual es que, sobre una predisposición genética, existe una alteración a nivel inmunológico ante antígenos alimentarios o bacterianos.

Hay otras teorías que ven la causa desencadenante en un proceso infeccioso con varios gérmenes implicados.

Los síntomas dependen de la localización anatómica y de la severidad de la inflamación. Sus principales síntomas son.

  • Dolor abdominal.
  • Diarreas.
  • Fiebre.
  • Afectación perianal.
  • Pérdida de peso.
  • Hemorragia rectal.
  • Náuseas y vómitos.
  • Además, puede manifestarse fuera del aparato digestivo como puede ser en articulaciones, piel, hígado, ojos…

¿Cuál es su pronóstico?

Debido a la inexistencia de un fármaco que erradique esta enfermedad, el pronóstico es incierto. No obstante, generalmente la calidad de vida puede ser buena.

Sin embargo, hay factores individuales como el tiempo de evolución de la enfermedad desde que se diagnostica, la gravedad de los brotes, la existencia o no de complicaciones, y el antecedente de tratamiento quirúrgico.

Desde Clínica Universidad de Navarra mencionan la posible malignización de esta enfermedad. Existe un aumento de riesgo de tumor sobre todo de colon con respecto al resto de la población. El riesgo aumenta a partir de los 10 años desde el diagnóstico. Por ello, el diagnóstico precoz del cáncer de colon es clave en pacientes con esta patología, recomendándose un seguimiento endoscópico anual tras los 10 años con la enfermedad.