El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano y desempeña funciones fundamentales en nuestro metabolismo, como eliminar toxinas o servir de “escudo” para hacer frente a potenciales compuestos tóxicos en la dieta.

Por ello, ha desarrollado una gran capacidad de regeneración, convirtiéndose en el único órgano del ser humano capaz de hacerlo tras sufrir una resección quirúrgica. “Un proceso especialmente importante cuando se realiza una extirpación parcial en un donante vivo para su trasplante”, destacandesde Clínica Universidad de Navarra (CUN).

Esto es especialmente importante: el trasplante de hígado es, actualmente, el único tratamiento curativo para determinadas enfermedades hepáticas graves e irreversibles.

Una molécula, protectora frente a la hepatotoxicidad

Científicos de Cima Universidad de Navarra y de CUN han detectado en una investigación nuevos mecanismos implicados en la regeneración hepática en humanos.

“Se sabe que las sales biliares son necesarias para la regeneración del hígado, pero sus niveles deben controlarse cuidadosamente para evitar la hepatotoxicidad. En este estudio,hemos identificado un posible papel protector de una molécula (FGF-19) durante las etapas regenerativas tempranas, que está relacionada con la presencia de sales biliares”, expone el Dr. Iker Uriarte, investigador del Grupo de Hepatología del Cima Universidad de Navarra y primer autor del trabajo.

En su investigación, el equipo ha elegido un grupo de donantes que muestran un aumento de las sales biliares mayor que los niveles convencionales. “En esta cohorte los niveles de FGF19 circulante también aumentaron significativamente tras la resección, a diferencia de lo que ocurre en la población con un aumento más modesto de las sales biliares. Esta respuesta sugiere que el FGF19 podría desempeñar un papel protector contra la toxicidad inducida por niveles elevados de sales biliares durante la regeneración hepática”, añaden elDr. Matías Ávila, director del grupo de Hepatología del Cima y codirector del estudio y elDr. José Ignacio Herrero, especialista de la Unidad de Hepatología de CUN. 

Por último, el estudio, que se ha publicado en la revista especializada BBA – Molecular Basis of Disease, también ha revelado que hay más hombres que mujeres en el grupo de pacientes con mayores niveles circulantes de sales biliares y de FGF19 tras la resección, pero que son necesarios más estudios “para confirmar este comportamiento diferencial”, indican.

Papel de una enzima en las enfermedades hepáticas inflamatorias

En esta investigación, los expertos también han analizado la actividad de una enzima fundamental en la síntesis de ácidos biliares, CYP7A1, demostrando su sensibilidad a situaciones de estrés e inflamación.

“Debido al impacto que tiene la síntesis de las sales biliares sobre los niveles hepáticos de colesterol, nuestro trabajo sugiere que el control de la actividad de CYP7A1 y sus posibles alteraciones pueden tener también un papel relevante en condiciones metabólicas e inflamatorias,como la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica”, concluyen.

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