El virus de la gripe es un clásico del otoño y el invierno. Para prevenirla, o tratarla cuando ya hemos enfermado, aclaramos algunos errores que surgen entorno a ella y conocemos los consejos de Clínica Universidad de Navarra sobre cómo debemos prepararnos.
No confundir gripe con resfriado
Ambas enfermedades comparten malestares similares, pero sus síntomas son diferentes.
La gripe provoca fiebre alta, dolor de cabeza, malestar general, dolor muscular y articular. Por el contrario, un catarro afecta sobre todo a las vías respiratorias superiores, con congestión nasal, tos, dolor de garganta y cabeza y, en ocasiones, décimas leves de fiebre.
Los antibióticos no son el tratamiento adecuado
La gripe es causada por un virus, no por una bacteria. Por ello, los antibióticos no son un tratamiento que permita paliar y superar la enfermedad. “Los antibióticos no solo no están indicados si no que pueden enmascarar otro tipo de problemas. Los síntomas de la gripe acabarán cediendo por sí solos”, apuntan los especialistas.
No existe un medicamento contra la gripe, pero sí tratamientos sintomáticos como ibuprofeno o paracetamol que alivian los síntomas más agudos como fiebre o dolor de cabeza. Tiempo y paciencia también son buenas recetas.
La vacuna, ¿puede causar la gripe?
La vacuna de gripe es una inyección a raíz de la cepa que se prevé para cada año. Al tratarse del virus inactivo hay quien puede desarrollar un malestar posterior, pero son unos efectos inferiores a los que se pueden padecer por la gripe.
La vacuna se convierte en el mejor mecanismo de prevención, especialmente para aquellas personas que pertenecen a los grupos de riesgo que, ya sean por su edad o por sufrir enfermedades cardíacas, pulmonares o inmunodeprimidos, puedan tener más facilidad de contagiarse.
Cómo prevenirla
Lavarse las manos frecuentemente, mantener un pequeño aislamiento respiratorio (tener cuidado al toser o hablar), seguir una dieta equilibrada y hábitos saludables, ir adecuadamente vestido, ventilar las estancias y no abusar de la calefacción son algunas de las medidas que permiten prevenirla.
Especial atención de los grupos de riesgo
La gripe parece una afección tradicional del invierno y que no genera consecuencias graves, lo que lleva a subestimarla en muchas ocasiones.
Normalmente, la gripe nos obliga a mantenernos unos días de cama y a controlar la fiebre alta. Pero hay personas y grupos de riesgo que han de tener especial cuidado ya que puede agravar su estado de salud, desencadenar en una neumonía, una sobreinfección e, incluso, el fallecimiento. “La gripe tiene una mortalidad asociada y por eso sorprende que en algo tan sencillo como la vacunación la gente no termine de implicarse”, subrayan desde Clínica Universidad de Navarra. La vacuna y las pautas de recomendación médica nos ayudan a prevenirla y/o a superarla.
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