Para la detección y diagnóstico de algunas patologías cardiacas, los especialistas se apoyan en determinadas herramientas como el conocido ‘holter’.

El holter electrocardiográfico, también denominado monitorización electrocardiográfica ambulatoria, consiste en el registro continuo del electrocardiograma a lo largo de un período prolongado de tiempo, habitualmente 24 ó 48 horas, mediante un dispositivo portátil de pequeño tamaño del que, posteriormente, se extrae y se analiza la información grabada durante ese periodo de tiempo”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.

¿En qué patologías es útil?

El holter es una exploración complementaria muy útil en el estudio de todo tipo de arritmias cardiacas y en algunos casos de enfermedades coronarias, como la angina de pecho o el infarto agudo de miocardio.

Completa a otros estudios anteriores, y de base, como el electrocardiograma o el electrocardiografía de esfuerzo (prueba de esfuerzo).

Suele emplearse en el estudio de los pacientes con estas patologías que, de manera general, “suelen manifestarse por síntomas tales como palpitaciones, pérdidas de conocimiento o mareos, taquicardias y dolor precordial”, explican.

¿Cómo funciona el holter?

Sobre la piel limpia del paciente se colocan unos electrodos autoadhesivos que se conectan al dispositivo de grabación portátil. 

“El paciente debe realizar una vida totalmente normal durante el periodo que lleve el holter y anotar cualquier tipo de incidencia o síntoma que note”.

A las 24 horas se debe retirar el dispositivo de grabación. Para ello, el paciente acude al centro o bien puede retirárselo él mismo y remitirlo por correo, según las indicaciones que haya recibido.

Posteriormente, el médico extrae la información que se ha registrado en el dispositivo.