La hepatitis son un grupo de enfermedades que producen la inflamación del hígado. Cuando la inflamación es reciente se le denomina ‘hepatitis aguda’, mientras que los procesos que duran más de seis meses se les llama ‘hepatitis crónica’.
Existen tres tipos de hepatitis: hepatitis A, hepatitis B y hepatitis C.
El aumento de los niveles en sangre de las transaminasas, enzimas que son liberadas a la sangre por la muerte celular producida por la inflamación del hígado, hacen sospechar a los especialistas de que el paciente puede parecer hepatitis. Para el diagnóstico definitivo, es necesario en muchos casos realizar una biopsia hepática.
¿Cuáles son las causas de la hepatitis?
La aparición de la hepatitis puede producirse por múltiples causas.
Los virus de las hepatitis son, con diferencia, “la causa más frecuente de hepatitis en nuestro entorno”, señalan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra. Los virus más comunes son los A y E, causantes de hepatitis agudas epidémicas, transmitidas por el agua o alimentos contaminados, y los virus B, C y delta,-causantes tanto de hepatitis agudas como crónicas-, que se transmiten fundamentalmente por vía parenteral, es decir, a través de transfusiones, agujas contaminadas o por las relaciones sexuales.
Otro de los motivos más comunes son los fármacos y tóxicos, éstos encabezados por el alcohol. “La ingesta de bebidas alcohólicas constituye una de las principales causas de hepatitis en el mundo occidental”.
También existen causas desconocidas, en el que se incluyen la hepatitis autoinmune, en la que el propio sistema inmune del enfermo daña su hígado, y la hepatitis criptogenética (sin causa conocida) propiamente dicha.
Síntomas de la hepatitis
Por lo general, tanto la hepatitis aguda como la crónica pueden producir muy pocos síntomas y, en muchas ocasiones, se diagnostican al realizar un análisis por otros motivos. Por lo que esta patología puede “pasar desapercibida para el enfermo”, indican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.
Cuando existen síntomas, los más comunes son: cansancio, malestar general, molestias leves e inespecíficas en lado derecho del abdomen, nauseas o trastornos leves de la digestión. “En algunos casos se desarrolla ictericia, es decir, pigmentación amarilla de la piel y las mucosas, que se acompaña de orinas de color oscuro (coluria) y deposiciones blancas o amarillentas (acolia)”.
¿Cuál es el tratamiento de la hepatitis?
El tratamiento de la hepatitis depende de la tipología, si es aguda o crónica, y de sus causas.
En el caso de la hepatitis aguda por virus B, “se sigue su evolución para evitar complicaciones y valorar su posible cronificación”, indican desde Clínica. Por su parte, la hepatitis aguda C se trata con fármacos.
Por su parte, “las hepatitis crónicas, debido al potencial desarrollo de cirrosis, habitualmente se tratan siempre bajo supervisión del especialista”.
La hepatitis crónica B se trata con fármacos antivirales o con combinaciones de estos fármacos. La hepatitis crónica C también se trata con medicamentos antivirales.
Por último, en el tratamiento de las hepatitis autoinmunes se prescriben corticoides y, en muchas ocasiones, combinado con otros fármacos inmunosupresores asociados.
¿Se puede prevenir la hepatitis?
Las hepatitis virales son enfermedades transmisibles y se pueden prevenir.
“La trasmisión de los virus A y E se produce a través del agua y alimentos contaminados, por lo que una buena higiene en la alimentación y un tratamiento adecuado del agua y los alimentos puede ayudar a prevenir el contagio”. Además, para el virus de la hepatitis A existe una vacuna muy eficaz que ya se está empezando a incluir en los calendarios de vacunación.
Los virus B, C y delta se transmiten por la sangre y por las relaciones sexuales, aunque el virus C es muy poco eficaz en su transmisión por vía sexual. “Los bancos de sangre examinan todas las muestras para descartar la infección por estos virus”, indican.
Existe una vacuna muy eficaz y segura que previene la infección por el virus B y, consiguientemente, la sobreinfección por virus delta que sólo ocurre en portadores del virus B. Esta vacuna está ya incluida en el calendario vacunal.
Las hepatitis autoinmunes, de causa desconocida, no pueden prevenirse.
¿Cuál es el pronóstico?
Las hepatitis agudas, producidas por los virus A y E, no suelen hacerse crónicas y se curan espontáneamente en la mayoría de los casos.
La hepatitis B aguda se cura en un 90 % de los casos, pero el 10% restante evoluciona hacia una hepatitis crónica. Por su parte, la hepatitis aguda por virus C se hace crónica hasta en un 80-90% de los casos.
La hepatitis autoinmune es siempre crónica y todas las hepatitis crónicas pueden evolucionar hacia una cirrosis hepática.
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