En la época otoñal e invernal son comunes las diarreas. Se trata de un proceso infeccioso que habitualmente se adquiere por una intoxicación alimentaria.
“Se denomina diarrea al aumento en la frecuencia de las deposiciones, más de tres al día, acompañada de una disminución de la consistencia de estas”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra.
La mayor parte de las diarreas infecciosas se deben al consumo de agua y alimentos en mal estado o contaminados, o por el contacto con personas infectadas. También es frecuente que padezcan diarreas en personas que viajan a zonas tropicales o países en vías de desarrollo. Por ello, es muy importante conocer las medidas de higiene básicas para intentar prevenirlas.
La diarrea puede afectar a cualquier persona, tanto niños como adultos. En esta situación, ambos pierden una gran cantidad de agua y sales minerales. “En estos casos son necesarias una dieta blanda, y reponer el agua y sales perdidas tomando muchos líquidos”.
Síntomas
El aumento en el número de deposiciones y la disminución de la consistencia son los signos más claros de esta infección.
También pueden asociarse otros síntomas como la presencia de fiebre, intolerancia a la comida, acompañada de náuseas y vómitos, y dolor abdominal.
“Si la diarrea es muy cuantiosa, puede aparecer deshidratación por pérdida de líquidos”, explican.
En ocasiones, esta diarrea puede contener sangre, moco, pus y alimentos no digeridos. Los síntomas son tan claros que no suele ser necesario realizar ningún tipo de exploración para definir el diagnóstico.
Origen
Habitualmente, el foco de esta infección está en el consumo de alimentos que están en mal estado.
“La afectación de varias personas que han participado en una misma comida es un hecho frecuente que ayuda al diagnóstico. En ocasiones, si existe mucha repercusión general, será conveniente estudiar las heces para descubrir el germen responsable”.
Cuando la causa más probable no es la infecciosa, han de realizarse estudios más completos del intestino y del páncreas para conocer el origen de la diarrea.
¿Qué cuidados son necesarios?
El tratamiento depende del diagnóstico y de la severidad de la diarrea.
Si es leve, la dieta astringente y la reposición de agua y sales minerales, con abundantes líquidos, suelen ser suficientes. Aunque en algunos casos, se requieren antibióticos.
“Si la diarrea es severa y se acompaña de deshidratación, es necesario tratar al paciente en el hospital para administrar líquidos por vía venosa”.
Por otro lado, si las diarreas no vienen motivadas por una infección suelen requerir tratamientos específicos según el tipo de enfermedad.
“Como norma general, no es aconsejable utilizar fármacos antidiarréicos sin indicación del médico, ya que pueden complicar la evolución de la diarrea”, subrayan desde el centro.
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