El vértigo no es una patología, sino un síntoma. Se trata de una alucinación del movimiento que cualquier persona puede sufrir

«El vértigo hace referencia siempre a una alteración del sistema vestibular, mientras que el mareo es un trastorno del equilibrio no siempre relacionado con aquel», afirma Nicolás Pérez Fernández, codirector del Departamento de Otorrinolaringología de Clínica Universidad de Navarra, centro de referencia nacional e internacional en numerosos procedimientos quirúrgicos altamente especializados.

En el vértigo, “crees que tu entorno se mueve cuando no lo está haciendo, y esto puede ocurrir cuando se está tumbado o caminando”.

Los síntomas habituales del vértigo son la sensación de giro de objetos, inestabilidad, incapacidad para realizar actividades normales y náuseas. “Cuando ocurre una crisis de vértigo, el paciente se encuentra en una situación muy incapacitante y requiere tratamiento médico inmediato”, añaden los especialistas del centro.

Tratamiento del vértigo

Para su terapia, los especialistas del Departamento de Otorrinolaringología de Clínica Universidad de Navarra definen los siguientes tratamientos:

  • Tratamiento conservador, mediante dieta o tratamiento farmacológico. Existen una serie de recomendaciones en la dieta y nutrición de los pacientes con mareos y vértigos. En nuestro post La correcta alimentación previene los mareos y los vértigos, los especialistas de Clínica apuntan seis claves para prevenir y minimizar los síntomas de este problema.
  • Gentamicina intratimpánica. Consiste en introducir un antibiótico en el oído medio y a través del tímpano, que actúa en las células del equilibrio.
  • Tratamiento quirúrgico con dos tipos de procedimientos: laberintectomía o neurectomía vestibular.

Terapias alternativas

En palabras de los expertos de Clínica: “Los tratamientos alternativos no son más que eso, y no deben reemplazar nunca la actividad diagnóstica y terapéutica de su médico de familia o especialista ni sus consejos respecto al tratamiento más adecuado”.

Con respecto a ello, los especialistas añaden los siguientes consejos:

  • Evitar la realización excesiva de ejercicio. “Tan malo como la falta de ejercicio es la realización de un sobreesfuerzo que puede ocasionar una rigidez en las articulaciones y musculatura”.
  • Cuando se sufre un traumatismo en el cuello, el diagnóstico exige una valoración precisa para descartar lesiones en el oído interno y sistema vestibular. “En contadas ocasiones esa lesión en el cuello es la verdaderamente causante de sus problemas y esto exige un tratamiento fisioterápico guiado por el traumatólogo y su especialista en rehabilitación”. Un tratamiento estructural o manual (quiropráctico, osteopático) puede ayudar en la mejoría del paciente, siempre y cuando las manipulaciones del cuello no provoquen un aumento de la inestabilidad o incluso vértigo posicional.
  • La acupuntura se ha utilizado para el tratamiento de los trastornos del equilibrio asociados a anomalías estructurales de la columna cervical, fibromialgia y síndrome de fatiga crónica con diversos grados de éxito. “En la enfermedad de Ménière, aporta alivio solo mientras se realiza, sin eficacia a largo plazo”, añaden desde el centro.
  • Las terapias que reducen el estrés (meditación, relajación, autohipnosis, etc.) alivian múltiples síntomas entre los cuales está la inestabilidad. No obstante, aún faltan estudios que informen, por ejemplo, sobre cuál es su verdadera eficacia a largo plazo.
  • La homeopatía podría ser una terapia eficaz en los pacientes con mareo y vértigo como han demostrado varios estudios. “El problema es que el diseño de esos estudios no es del todo correcto y ninguno de ellos aborda las cuestiones fundamentales del tratamiento y seguimiento a largo plazo. Fuera de esto el mecanismo de acción farmacológico de alguno de estos productos explica correctamente su eficacia sobre ciertos síntomas (náuseas). Es necesario advertir que también, con estos tratamientos, es necesario tener una opinión autorizada por parte de una persona especializada en homeopatía”, explican.
  • El control de la dieta tanto desde el punto de vista de salud general como en el caso de que padezca una determinada alteración (colesterol, azúcar, etc.) es fundamental y lo debe hacer bajo la supervisión de un nutricionista. “Fuera de esto, los suplementos dietéticos no han demostrado ser eficaces tomados aisladamente salvo algunos casos concretos (vitamina B, flúor sódico)”.
  • La utilización de plantas medicinales (fitoterapia) busca aportar ciertos principios activos extraídos de ellas. Alguno de los más conocidos procede del gingko biloba con una serie de efectos farmacológicos posiblemente beneficiosos en pacientes con acúfenos y vértigo. “De todas maneras, el porcentaje de pacientes que logran un control de sus síntomas es muy escaso”.