El cáncer ocurre debido al funcionamiento anormal de los genes. Existen diversos factores de riesgo comunes como, por ejemplo, el tabaquismo o la obesidad, que si lo ha sufrido algún familiar tuyo, lo puedas heredar. Concretamente, en un 20% de los pacientes oncológicos existe una historia previa de cáncer. Así, en la mayoría de los síndromes de cáncer hereditario la posibilidad de que un hijo herede la mutación familiar es de un 50%.
El Dr. Luis Chiva, director del Departamento de Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra, explica que «ser portador de una mutación no es sinónimo de cáncer, sino que significa tener un mayor riesgo de desarrollar uno o varios tipos de cáncer». Entre los principales síndromes de cáncer hereditario destaca el cáncer de mama, ovario y el de colon no polipósico.
Cáncer hereditario: el epitelial de ovario
El cáncer epitelial de ovario es uno de los grandes enemigos de los ginecólogos especializados en oncología ya que «es un tumor que rara vez da síntomas al inicio y, cuando se empieza a notar la enfermedad, ya está bastante extendida en el abdomen”. Afecta especialmente a mujeres entre los 50 y 60 años y su mortalidad es muy elevada si consideramos que en el 75% de las pacientes diagnosticadas la enfermedad está avanzada.
En general, menos de un 20% sobrevive más de cinco años cuando la enfermedad se ha extendido fuera de la pelvis. El principal problema es que por ahora no existe ningún método de diagnóstico precoz. Sin embargo, al tratarse de un cáncer hereditario la sospecha aparece cuando el paciente tiene dos o más familiares de primer grado con cáncer de ovario o mama.
La importancia del diagnóstico precoz
Los ginecólogos de la Clínica Universidad de Navarra explican la importancia que tiene el diagnóstico precoz: “Cuando en una mujer se observe una historia familiar frecuente de cáncer mama u ovario, su ginecólogo tiene la obligación de investigar si se puede tratar de un tumor hereditario, ya que, de este modo se podrá prevenir en familiares que todavía no la han padecido”, asegura Chiva.
«Nuestras pacientes se benefician de un plan de tratamiento en el que, además del ginecólogo oncólogo, intervienen oncólogos médicos, radioterapeutas y patólogos», añade. Además, el diagnóstico precoz ha salvado la vida a miles de mujeres en todo el mundo.
Las mujeres que no han padecido todavía esta enfermedad, pero que al mismo tiempo han sido diagnosticadas de esta mutación tienen que ser vigiladas de cerca, ya que tienen gran riesgo de tener un cáncer de ovario o mama hereditario.
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