El calcio y el fósforo son dos de los elementos minerales más abundantes en el cuerpo humano.

Entre otras funciones, el calcio nos ayuda a mantener los huesos fuertes y sanos.

Desde que nacemos, y durante el crecimiento, aumentan los depósitos de calcio. “Alrededor de los 30 años se alcanza el valor máximo de masa ósea y, a partir de los 50, ésta comienza a disminuir”, explican desde Clínica Universidad de Navarra.

El déficit de calcio y fósforo puede generar enfermedades como hiperparatiroidismo, hipoparatiroidismo, insuficiencia renal aguda, insuficiencia renal crónica, raquitismo, u osteoporosis.

Fractura de hueso, signo de osteoporosis

La osteoporosis no produce síntomas, no duele ni causa ningún tipo de alteración.

Sin embargo, aparecen con gran frecuencia fracturas óseas por la gran fragilidad de los huesos. De esta forma, cada año en España se producen una media de 240.000 nuevas fracturas óseas relacionadas con la osteoporosis.

La pérdida de densidad ósea, a causa de la pérdida del tejido óseo normal, provoca que los huesos se vuelvan frágiles y aumenta la posibilidad de fracturas.

“En la osteoporosis los huesos se vuelven más porosos, aumentado el número y la amplitud de las celdillas que existen en su interior. Están más delgados y frágiles y resisten peor a los traumatismos, fracturándose con facilidad. Las localizaciones más frecuentes de fracturas son: muñeca, cadera y vertebras”, explican desde Clínica.

La osteoporosis puede afectar a cualquier persona. No obstante, es habitual en personas mayores a partir de los 70 años, con las conocidas fracturas de fémur y cadera, pero es especialmente frecuente en mujeres a partir de los 50 años y en la postmenopausia.

En estas pacientes, las fracturas vertebrales son las más frecuentes. Producen dolores muy agudos y condicionan la aparición progresiva de deformidades de la misma, como por ejemplo, la disminución progresiva de la talla por aplastamientos vertebrales. También son comunes las microfracturas.

¿Cómo mantener los niveles de calcio?

Una dieta equilibrada, rica en calcio y baja en proteínas consigue aportar la cantidad necesaria de calcio y fósforo que necesitamos. Además, “hay que evitar el tabaco y el alcohol y es recomendable el ejercicio físico habitual”.

Cuando existe algún problema de absorción o eliminación, o la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, los especialistas administran suplementos que contienen vitamina D, ya que tiene un papel fundamental en el organismo, y en el mantenimiento del equilibrio y absorción del calcio y fósforo.

En los casos más graves, esto se completa con tratamiento farmacológico bajo prescripción médica.