Fabricar células cardíacas para regenerar un corazón infartado es una de las innovadoras terapias que, desde el campo de la bioingeniería, se estudian para ser aplicadas en Medicina. El futuro de la medicina ya es presente en muchos tratamientos y abordajes de determinadas enfermedades.
El Área de Terapia Celular de Clínica Universidad de Navarra, en colaboración con el Programa de Medicina regenerativa de Centro de Investigación Médica Aplicada, celebró en Pamplona el congreso internacional “Hacia una nueva frontera: la ingeniería de tejidos al servicio de la biomedicina”, que acogió a un centenar de expertos internacionales para tratar los últimos avances en ingeniería biomédica.
“Con este simposio hemos querido visibilizar la revolución que están suponiendo los avances de tipo ingenieril en biomedicina, no solo en el desarrollo de nuevas terapias y diseño de nuevos equipos, sino también en la investigación más básica que se dirige a resolver problemas asistenciales y farmacológicos”, señalan desde el CIMA.
Ya solo en la generación de células cardíacas para regenerar un corazón infartado: “La aplicación se ha probado con éxito en animales y ahora los investigadores están avanzando en su aplicación en humanos”, indican desde Clínica.
Bioingeniería y abordajes terapéuticos
La bioingeniería, o ingeniería de tejidos, es una disciplina científica que evoluciona a gran velocidad en tres áreas principales: la fabricación aditiva o impresión 3D de tejidos u órganos humanos, la reprogramación celular (posibilidad de generar cualquier célula del organismo adulto) y el desarrollo de biomateriales (empleo de materiales biológicos, como la piel o la sangre, para restaurar tejidos u órganos vivos y sus funciones).
Sobre la impresión tridimensional de biomateriales, este avance permite fabricar ‘andamiajes’ o soportes sobre los que las células encuentran una ‘guía’ para recordar qué es lo que han que hacer. “Es ayudar al cuerpo a regenerar lesiones que sin ese material no es capaz”, indican los especialistas.
De esta forma, “podemos fabricar estructuras tridimensionales sobre las que los tejidos biológicos pueden crecer y utilizar el potencial del cuerpo humano para regenerar tejidos que están deteriorados o defectuosos”, explican desde Clínica Universidad de Navarra.
La fabricación artificial de tejidos y órganos supone toda una revolución para aquellos pacientes que sufren deterioro fisiológico asociado al envejecimiento o motivado por una enfermedad: “Esta aproximación es enormemente compleja por la necesidad de fabricar distintos componentes que incluyan los tejidos extracelulares, las propias células y el desarrollar el engranaje completo. Ya se ha empezado a aplicar esta tecnología para órganos relativamente sencillos, como una nariz o una vejiga”.
En cuanto a los órganos más complejos, como el corazón o el hígado, “ya se están haciendo estudios clínicos en los que se sustituyen partes de un órgano o tejidos concretos con resultados muy prometedores”.
Investigación para regenerar tejido cardiaco en pacientes con infarto de miocardio
En esta línea trabaja el equipo de científicos que dirige el Dr. Felipe Prósper, director del Área de Terapia Celular de Clínica y del Programa de Medicina regenerativa del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA). En la actualidad, desarrollan un estudio para generar tejidos cardíacos y poder tratar pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
Esta patología afecta a 22 millones de personas (un 14% de la población total de varones y un 12% de mujeres) en la Unión Europea y provoca 3 millones de nuevos casos al año. Es además una de las primeras causas de muerte a nivel global. En la actualidad no existe un tratamiento eficaz, aunque la supervivencia en el momento del infarto es alta. No obstante, a los cinco años ésta disminuye y requiere una intensa polifarmacia.
El proyecto de investigación tiene por objetivo ofrecer una solución terapéutica generando tejido cardiaco humano, uniendo células cardiacas (derivadas de células madre) junto con tecnología avanzada de impresión 3D y biomateriales.
De esta manera, buscan elaborar un tejido capaz de reemplazar la parte del músculo cardíaco que “ha muerto” y restituir su total funcionalidad.
La sustitución de tejido cardíaco se ha probado con éxito en animales y, ahora, los investigadores tratan de progresar en su aplicación en humanos.
Esta es una de las innovaciones que se han presentado en el simposio, junto con otros avances como un microchip capaz de detectar la cardiotoxicidad de los fármacos o una máquina de perfusión normotérmica para el trasplante de hígado y riñón. Una tecnología que es capaz de ampliar la “vida” de estos órganos permitiendo llegar a más pacientes.
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