Una investigación muestra que, la reducción de antioxidantes en las células tumorales podría ser la llave para encontrar la curación del cáncer de páncreas
La cura para el cáncer de páncreas podría estar un poco más cerca gracias a la investigación del Cold Spring Harbor Laboratory, del que forma parte el especialista del Departamento de Oncología de la Clínica Universidad de Navarra y del CIMA, el Dr. Mariano Ponz-Sarvisé. El trabajo del equipo de investigadores revela la posibilidad de una nueva estrategia de tratamiento para una enfermedad letal, basada en la reducción de antioxidantes en las células cancerígenas.
Durante la investigación se recurrió organoides de páncreas –aglomeraciones esféricas de células, cultivadas en sistemas 3D, obtenidas tanto de pacientes con cáncer de páncreas y como de personas sanas-, lo que facilitó el descubrimiento de la combinación de dos fármacos como tratamiento eficaz en ratones. El Dr. Ponz-Sarvisé ha iniciado en el CIMA (Centro de Investigación Médica aplicada) de la Universidad de Navarra una línea de trabajo para impulsar el estudio de organoides y continuar así las investigaciones iniciadas en el laboratorio americano.
El efecto de los antioxidantes en el cáncer de páncreas
Habitualmente un incremento en los niveles de antioxidantes en el organismo ayuda a prevenir el cáncer. Sin embargo, esto parece ser exactamente lo contrario en el caso de células pancreáticas malignas o premalignas.
Los agentes oxidantes y anti-oxidantes se generan en cada célula y se mantienen en un equilibrio muy preciso en tejidos sanos. Los investigadores creen que el caso de células tumorales que están proliferando es un caso especial: en las células malignas, pese a mantenerse ese equilibrio, los niveles de oxidación son más altos que en las células normales. Si el equilibrio entre moléculas pro y anti-oxidantes se rompe, el mayor nivel de oxidación en dichas células originará que las células malignas mueran debido a una oxidación excesiva.
La proteína NRF2, la clave contra el cáncer de páncreas
Cuando las células detectan una oxidación excesiva, literalmente se suicidan debido a un programa integrado llamado apoptosis. Una forma de aumentar la oxidación en las células cancerosas es disminuir los niveles de antioxidantes. ¿Pero cómo hacer esto sin perjudicar a las células sanas?
La clave parece estar en la proteína NRF2, considerada el regulador del estrés oxidativo. Gracias los organoides de páncreas se pudo comprobar que la combinación de BSO e inhibidores de AKT y eran capaz de reducir los niveles de NRF2 en las células cancerígenas -matándolas- sin afectar a las células sanas.
El cáncer de páncreas es una de las enfermedades más letales, en la que menos del 5 por ciento de los pacientes sobrevive a los 5 años. Gracias a esta investigación, su solución puede estar un poco más cerca.
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