Cuando tenemos dolor, tendemos a hacer uso de un fármaco imprescindible en todo botiquín: el ibuprofeno: “Es un fármaco que actúa impidiendo la formación de prostaglandinas en el organismo, ya que inhibe a la enzima ciclooxigenasa. Las prostaglandinas se producen en respuesta a una lesión, o a ciertas enfermedades, y provocan inflamación y dolor”, explican los especialistas de Clínica Universidad de Navarra. En definitiva, “el ibuprofeno reduce la inflamación y el dolor”, añaden.

En algunos casos, este fármaco no necesita receta y ello favorece consumirlos de forma automedicada. Ningún fármaco es inocuo, tampoco en el caso del ibuprofeno.

¿Para qué se utiliza el ibuprofeno?

Tal y como destacan los expertos, el ibuprofeno se aplica ante:

  • El dolor leve o moderado, de cabeza, bucal, menstrual, faringitis, otitis, amigdalitis, espalda…
  • Fiebre.
  • Artritis (reumatoide, psoriásica, gotosa, …), osteoartritis, espondilitis anquilopoyética, inflamación no reumática (bursitis, sinovitis, capsulitis, esguince u otros tipos de lesiones inflamatorias de origen traumático o deportivo).

Los efectos negativos del omeprazol, el protector gástrico que en realidad no lo es

¿Cómo se debe tomar ibuprofeno?

Cápsulas, comprimidos, suspensiones y sobres son las formas de administración oral que pueden encontrarse comercializadas en España.

“La dosis adecuada de ibuprofeno puede ser diferente para cada paciente”, indican los expertos. La pauta indicada por el especialista es fundamental siempre, en este caso también. De forma general, las formas más frecuentemente recomendadas, que explican a continuación los especialistas de Clínica Universidad de Navarra, son:

Dosis oral usual en adultos y adolescentes:

  • Tratamiento del dolor y la fiebre: 200-400 mg cada 6 horas. Forma retard: 600 mg cada 12 horas.
  • Tratamiento de la dismenorrea: 400 mg cada 4 horas. Comenzar el tratamiento desde el inicio del dolor hasta la desaparición del mismo.
  • Tratamiento de procesos inflamatorios: inicialmente 400 mg cada 6 horas. Y dosis de mantenimiento 400 mg cada 12 horas. Forma retard: 600-1200 mg cada 12 horas.

Dosis oral usual en niños:

  • Tratamiento del dolor y la fiebre: 5-10 mg por kg de peso cada 8 horas, hasta un máximo de 40 mg por kg de peso al día.
  • Tratamiento de procesos inflamatorios: 10 mg por kg de peso cada 6 horas.

Advertencias y consejos:

  • Pacientes con problemas renales o hepáticos pueden requerir dosis menores, consulte con su médico.
  • No se recomienda el uso de ibuprofeno en niños menores a 6 meses.
  • Se recomienda tomar el ibuprofeno junto con las comidas, para evitar la posible intolerancia digestiva. En los pacientes tratados con dosis elevadas de forma crónica, se recomienda administrar la mayor parte de la dosis diaria a la hora de acostarse, junto con algún alimento.

¿Cuándo no tomar ibuprofeno?

Aunque su uso es generalizado en la población en general, existen pacientes y circunstancias cuya ingesta de ibuprofeno no es recomendable. Desde Clínica, las enumeran a continuación:

  • Pacientes con úlcera gastroduodenal o con historial de reacciones broncoespásticas, rinitis o urticaria consecutiva a la administración de antiinflamatorios inhibidores de prostaglandinas.
  • En caso de alergia al ibuprofeno, o a alguno de los componentes del preparado (consulte los excipientes), y otros antiinflamatorios no esteroídicos.
  • Si se experimenta algún tipo de reacción alérgica, no continuar tomando el medicamento y avisar al médico o farmacéutico inmediatamente.
  • No debe utilizar ibuprofeno salvo prescripción médica si padece asma, hipertensión o historial de hemorragia gastrointestinal.
  • En caso de alteraciones en la coagulación, hemorragia, problemas graves de riñón, hígado o corazón.
  • En el tercer trimestre de embarazo. No se aconseja su uso prolongado en los dos primeros trimestres.

Otras precauciones:

  • Si se le olvida tomar una dosis tómela tan pronto como sea posible, pero si falta poco tiempo para la próxima dosis no la duplique y continúe tomando el medicamento como se le había indicado.
  • En pacientes ancianos se recomienda precaución en su uso e iniciar el tratamiento con dosis menores.
  • No es recomendable la asociación de este fármaco con otros antiinflamatorios no esteroides, ya que es poco probable que aumente la actividad analgésica y antiinflamatoria, mientras que el riesgo de efectos adversos aumenta notablemente.
  • Se debe tener precaución en pacientes con problemas renales, hepáticos, cardíacos, asma alteraciones gastrointestinales o cardiovasculares, en pacientes con lupus o con hipertensión.
  • Si los síntomas no mejoran o empeoran visite a su médico.

¿Qué medicamentos no se pueden mezclar con ibuprofeno?

Algunos medicamentos interaccionan con el ibuprofeno. Estos son: antagonistas del calcio, anticoagulantes orales, baclofen, betabloqueante, captoprilo, digoxina, diuréticos, metotrexato, sales de litio y tacrolimo.

Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra recuerdan que ha de informar “a su médico de cualquier otro medicamento que esté tomando”.

¿Qué problemas puede producir el ibuprofeno?

Los efectos adversos del ibuprofeno son leves y transitorios. Los más frecuentes son: náuseas, diarrea, dolor abdominal, mareos, hiperacidez gástrica, estreñimiento y dolor de cabeza.

“Raramente puede producir otros efectos como edema, fiebre, erupción cutánea, visión borrosa y hemorragia gastrointestinal. El ibuprofeno puede alterar los resultados de los análisis de sangre, por lo que si le van a realizar un análisis avise que está tomando este medicamento”, concluyen desde Clínica.

Los riesgos del consumo excesivo

Tal y como destacan los expertos del centro, “la reacción alérgica es el efecto secundario más clara de su consumo. Pero una mala dosificación puede desencadenar dolencias inesperadas en pacientes sanos”.

Es frecuente recurrir a la máxima dosis para paliar los síntomas. Escoger el Ibuprofeno de 600 mg en vez del de 400. Cuando, en realidad, se recomienda tomar la dosis mínima, que en cada paciente variará ya que ningún medicamento afecta de la misma manera ni por igual. Del mismo modo, los riesgos asociados y los efectos secundarios tampoco son los mismos en cada persona.

“Con una única dosis convencional de un medicamento, como la que tomamos de forma esporádica cuando a uno le duele la cabeza, es muy raro que pase nada, sobre todo cuando ha tomado ya ese fármaco previamente. Los problemas surgen cuando la situación que exige la toma de un medicamento es crónica”, explican. Precisamente, las enfermedades crónicas y el envejecimiento de la población han causado que cada vez haya más pacientes estén polimedicados.

El ibuprofeno es el principal medicamento de la familia de antinflamatorios, por lo que es un fármaco que utilizamos para aliviar inflamaciones y dolores asociados a, por ejemplo, la artritis o la menstruación. Sin embargo, esta familia de fármacos puede afectar al riñón. “Una de las principales causas de diálisis sigue siendo el consumo crónico de antiinflamatorios. Una persona aparentemente sana, que no tenía problemas, se encuentra con que tiene una insuficiencia renal y que necesita un tratamiento irreversible como la diálisis”, reconocen.

Unos problemas renales que surgen debidos al consumo excesivo de antiinflamatorios. Además del riñón, aumenta el riesgo de padecer problemas de morbilidad cardiovascular como “arritmias, insuficiencia cardíaca o infartos”.