Las paperas es una enfermedad muy frecuente en niños, pero afortunadamente leve y que no suele presentar ni la gravedad ni las complicaciones que sí pueden padecer los adultos.

Las parotiditis o paperas es la inflamación de la parótida más frecuente en los pequeños de la casa. Se trata de una enfermedad vírica causada por el paramixovirus. “Este virus inicialmente penetra y se multiplica en las células del aparato respiratorio para luego ser transportado por la sangre hacia todos los tejidos”, explican los especialistas del Departamento de Pediatría de Clínica Universidad de Navarra.

Su manifestación más habitual es la inflamación de las glándulas parótidas, situadas justo debajo y ligeramente por debajo del oído, que son las glándulas salivales de mayor tamaño. Puede afectar a una de ellas o a ambas. El paciente tiene las mejillas hinchadas y doloridas. Por eso, puede diagnosticarse mediante un cultivo de la saliva, y también aislarse en la orina o en cualquier otro tejido. 

¿Cuáles son los síntomas?

Habitualmente, esta patología comienza a mostrar síntomas trascurridos los 3 y 7 primeros días tras el contagio. Entre otros, presenta los siguientes signos:

  • Inflamación, dolor y endurecimiento de la glándula parótida.
  • Fiebre, aunque no suele superar los 40º.
  • Cansancio y malestar general.

¿Cómo se contagian las paperas?

Las paperas pueden transmitirse por vía aérea, a través de gotas de saliva que transportan el virus y que, al hablar o toser, llegan al sistema respiratorio del receptor y se trasladan por el riego sanguíneo hasta otros tejidos.

También se contagia por el contacto directo de “objetos contaminados con saliva u orina”, explican los expertos. Por eso, un niño puede contagiarse al tocar una superficie contaminada y luego llevarse las manos a la boca o a la cara.

Las paperas son fácilmente transmisibles, pudiéndose presentar a cualquier edad. Los niños de entre 5 y 14 años han sido habitualmente los más afectados, aunque cada vez es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes.

«Cuando está infección aparece en chicos jóvenes es importante acudir al especialista para evitar la infección testicular que puede causarles problemas de infertilidad en el futuro«, subrayan.

¿Qué debo hacer si mi hijo tiene paperas?

En la mayoría de los casos, las paperas suelen desaparecer en unos pocos días y el tratamiento consiste en mejorar los síntomas que presente el pequeño:

  • Antitérmicos y antiinflamatorios, para controlar la fiebre y evitar el dolor.
  • Reposo en cama, si lo desea el paciente y se encuentra cómodo.
  • La dieta es un factor importante. “Deje ajustarse a la capacidad para comer y al apetito que se tenga. No hay contraindicación para limitar la alimentación”.
  • Aislar al niño, para evitar que contagie a otros pequeños.

Asimismo, el mejor tratamiento de esta enfermedad es la prevención, mediante la vacunación en la infancia, tal y como señalan desde Clínica Universidad de Navarra: “La primera dosis se administra a los 15 meses y el refuerzo a los 6 años. En general, esta vacuna no suele producir fiebre ni otras complicaciones. La vacuna induce defensas contra el virus en alrededor del 96 % de las personas en quienes no ha habido un contacto previo con el virus”.

¿Qué complicaciones tiene las paperas?

Aunque son muy infrecuentes, las paperas pueden llegar a generar algunas complicaciones:

  • Meningoencefalitis o inflamación de las meninges y el encéfalo.
  • Orquitis, epididimitis o inflamación del testículo.
  • Oforitis: inflamación del ovario.
  • Nefritis: inflamación del riñón.
  • Miocarditis: inflamación del músculo cardíaco.
  • Artritis: inflamación de las articulaciones.

Se ha de prestar especial atención en el cuidado de los adolescentes varones que tienen la infección, por el riesgo de desarrollar orquitis y epididimitis: «Esta complicación suele seguir a los síntomas de la parotiditis en un periodo de 8 días, con un comienzo brusco de fiebre, náuseas, dolor abdominal y testicular. Su duración aproximada es de 4 días y puede asociarse a la disminución de la fertilidad», detallan los expertos de Clínica Universidad de Navarra. En el caso de las mujeres, no produce disminución de la fertilidad.