La gota es una enfermedad producida por el depósito de cristales microscópicos de ácido úrico en las articulaciones, lo que provoca su inflamación dolorosa.

En algunas ocasiones, estos cristales forman acúmulos que se pueden palpar, llamados tofos, o se depositan en los riñones, provocando cólicos nefríticos o alteraciones en su función.

Una dieta pobre en alimentos ricos en purinas (fundamentalmente vísceras, mariscos, carnes rojas, espárragos y alcohol) y tomar una medicación, alopurinol o febuxostat, para disminuir el contenido del ácido úrico del organismo, a veces durante muchos años, son algunas de las claves de su terapia. “En la gran mayoría de los casos se puede prevenir con un tratamiento adecuado”, afirman los especialistas del Departamento de Medicina Interna de Clínica Universidad de Navarra.

¿Cuáles son los síntomas de la gota?

La gota se manifiesta a través de ataques bruscos que pueden producir:

  • Dolor e hinchazón de una articulación.
  • Incapacidad funcional.
  • Cólicos nefríticos.

Más en concreto, estos episodios bruscos de dolor intenso e hinchazón de una articulación pueden durar varios días.

Dichos episodios suelen repetirse y, en los ataques sucesivos, pueden llegar a afectar a cualquier articulación. Aunque «la articulación más frecuentemente afectada es la primera metatarso-falángica del pie«, destaca el Dr. Javier Nicolás García González, especialista de Medicina Interna de Clínica Universidad de Navarra. Otras articulaciones pueden ser las de los pies, los tobillos y, más raramente, en las rodillas o las muñecas. En otros momentos, pueden inflamarse las bolsas sinoviales o los tendones, dando lugar a bursitis o tenosinovitis, respectivamente.

“Si se deja evolucionar la enfermedad, los ataques pueden no resolverse completamente, afectándose varias articulaciones a la vez y limitando de manera importante la calidad de vida del paciente”, enfatizan desde el centro.

Asimismo, en fases avanzadas, los cristales de ácido úrico pueden llegar a depositarse en los riñones, dando lugar a episodios de cólico nefrítico.

¿Por qué se produce la gota?

En la gota, el papel del ácido úrico es fundamental.

En condiciones normales, la cantidad de ácido úrico que entra en el organismo con la dieta, más la que se produce a través de una serie de reacciones bioquímicas, es la misma que la cantidad de ácido úrico que se elimina a través de la orina y, en menor medida, en las heces.

Cuando la cantidad de ácido úrico producida, más la cantidad ingerida, es mayor que la que se elimina, el ácido úrico del organismo aumenta. Esto se traduce en niveles más altos de ácido úrico en la sangre, conocida como hiperuricemia, que precipita en forma de cristales, principalmente en las articulaciones, dando lugar a los síntomas y signos propios de la enfermedad.

¿Qué personas son propensas a la gota?

La gota es cuatro veces más frecuente en los hombres que en las mujeres. Puede aparecer desde la adolescencia hasta la edad senil, y afecta sobre todo a hombres entre los 35 y 50 años, y a mujeres mayores de 50 años.

Además del sexo y la edad, el principal factor de riesgo es tener elevados los niveles de ácido úrico en sangre, “mayor cuanto más altos sean éstos”.

Otras condiciones que favorecen esta dolencia son la obesidad, la hipertensión arterial, la toma de ciertos fármacos, y la dieta rica en precursores del ácido úrico como los embutidos, lácteos enteros, dietas ricas en carne roja, pescado azul o marisco, bebidas alcohólicas…).

¿Cómo se diagnostica y se trata esta dolencia?

El diagnóstico de la gota se hace sobre la base de los síntomas y signos de la exploración física, y a la determinación de las cifras de ácido úrico en la sangre.

“Se considera hiperuricemia cuando los valores de ácido úrico son mayores de 7 mg./dl.”, puntualizan los expertos.

En algunas ocasiones, es necesario extraer líquido de la articulación afectada para confirmar el diagnóstico. De esta forma los especialistas pueden observar la presencia de cristales de ácido úrico en el líquido articular.

También es recomendable “realizar un diagnóstico diferencial con otras enfermedades reumatológicas como la condrocalcinosis, las espondiloartropatías, la artritis psoriásica, etc.”.

El tratamiento se basa en la administración de un antiinflamatorio no esteroideo, colchicina o ambos, a dosis descendentes durante varios días hasta el cese total de los síntomas. “Es más eficaz cuanto antes se inicie”, apuntan desde el centro.

¿Qué hacer si el ácido úrico en la sangre está alto y no han aparecido síntomas?

Desde Clínica Universidad de Navarra ofrecen tres destacados consejos:

  • Se debe limitar la toma de alimentos ricos en purinas.
  • Corregir la obesidad y la hipertensión si están presentes.
  • Solo cuando las cifras de ácido úrico en la sangre son muy altas, se recomienda tratamiento con fármacos.