La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso. Se produce por la descarga eléctrica anormal de células de una zona del cerebro o de toda la corteza cerebral.

Se trata de una patología crónica y un paciente es epiléptico cuando sufre varias crisis epilépticas espontáneas, que se manifiestan por episodios bruscos y de breve duración, más de dos minutos, de síntomas motores, sensitivos, sensoriales o psíquicos, denominados crisis epilépticas.

Existe gran variedad de crisis epilépticas y es la enfermedad de base, su causa, lo que indica la gravedad o no de la epilepsia.

En primera instancia, el tratamiento es farmacológico para prevenir la aparición de crisis epilépticas. Si las crisis son resistentes al tratamiento farmacológico, los especialistas plantean la opción quirúrgica.

¿Cómo es la epilepsia infantil?

La epilepsia infantil afecta a más de 10 millones de niños en el mundo. El 40 % de los nuevos casos de epilepsia se detectan en niños menores de 15 años cada año, lo que supone 1,4 millones de nuevos casos al año. Entre 45 y 50 niños, de cada 100.000, sufren epilepsia. Se manifiesta en crisis simples, sin pérdida de conciencia, o en crisis complejas, con pérdida de conciencia.

Un tipo u otro de crisis se manifiestan según la función cerebral de la región donde se origina la crisis, y las crisis generalizadas pueden dar lugar a la pérdida de conciencia junto a la parada de actividad del niño, caída brusca del pequeño por pérdida del tono muscular, contracción muscular general, o rigidez corporal con sacudidas musculares generalizadas.

Existen múltiples causas de la epilepsia infantil: genéticas, traumatismos o enfermedades. Y también factores que pueden ser indicadores de esta enfermedad.

El neuropediatra determina si estas causas y factores tienen relación con los síntomas del niño. Los especialistas de Clínica Universidad de Navarra señalan algunos de ellos:

  • Antecedentes familiares de crisis epilépticas o de convulsión febril. Si miembros cercanos de la familia tienen epilepsia, salvo excepciones concretas y asociadas a ciertas enfermedades, el pronóstico de la epilepsia en el niño es bueno.
  • Presencia en la piel de manchas de color claro en alguno de los padres, que suele estar asociado con esclerosis tuberosa de Bourneville.
  • Dificultades durante el embarazo y/o el parto.
  • Enfermedad infecciosa severa, como meningitis, previa.
  • Traumatismo craneal.

¿Puede curarse la epilepsia?

El porcentaje de curación depende del tipo de epilepsia.

El 70 % de los pacientes con epilepsias generalizadas se curan y no precisan más medicación al cabo de un periodo entre 2 y 5 años.

En las epilepsias focales, aproximadamente el 50% de los pacientes, cuyas crisis se controlan con medicación, pueden llegar a prescindir del tratamiento al cabo de 5 años.

Hay algunas formas de epilepsias que tienen un pronóstico particular, como la epilepsia mioclónica juvenil, que en general responde muy bien al tratamiento, pero tiene una alta tendencia a reaparecer al intentar retirar el tratamiento.

Por otro lado, desde Clínica también señalan que en algunos niños con epilepsias rebeldes, especialmente entre los 3 y 5 años, se puede emplear una dieta especial, la dieta cetógena.

“Consiste en invertir el cociente entre las grasas y los carbohidratos que se dan al niño. Es una dieta con cierta dificultad de realizar, pero en algunos casos puede ser muy eficaz”, destacan.